Como decía Johan, para ránkings están las radios, así que intentaré repasar lo que vi en el cine este 2006, sin ningún orden en particular, y esperando no olvidar ninguna película que valga la pena recordar. Por otro lado creo que este año sí intentaré ir un poco contra la corriente. Aquí vamos:
Lo mejor del año
Prefacio: Una historia violenta, Secreto en la montaña y Alto impacto, fueron estrenos de inicios de año, anexos obligatorios al 2005. Las dos primeras, estupendas cintas, cada una siempre fiel al estilo de su respectivo realizador, David Cronenberg y Ang Lee. Las escenas finales de ambas cintas me dejaron esa sensación que solo tengo un puñado de veces en una sala de cine. Con Alto impacto me pasó algo especial. Vapuleada por la crítica especializada y peor aún luego de ganar el Oscar (¡horror!), la cinta me llenó de sentimientos encontrados, quizá algo similar a lo que me produjo hace poco Las torres gemelas. Pero al final, y en ambos casos, decidí creer en lo que ví y sentí en el momento de la proyección, y no en lo que leí o escuché después. De Alto impacto siempre recordaré el engranaje perfecto creado por Paul Haggis. Hipnosis mortal y Primavera, verano… las pude ver en años anteriores en cineclubes o festivales, son sin lugar a dudas dos de las estrenos del año, inesperados e imperdibles. Espero que su aparición en la cartelera no haya sido flor de un año.
Ahora sí, paso a los grandes estrenos del 2006 que se termina:
Match Point. Woody y Scarlett, Scarlett y Woody. Pocas veces como en esta cinta una bella de blanco perturba por partes iguales tanto al protagonista como al espectador, en la inolvidable escena de la mesa de ping pong. ¿Jugamos?
Los infiltrados. Otro de mis ídolos, Martin Scorsese encuentra, o confirma ya luego de tres colaboraciones, que su nuevo De Niro se llama Leonardo DiCaprio. Esta dupla tiene para largo. The Departed no es más que el primer paso. Remake de lujo, que se coloca más allá de ociosas comparaciones con la original Infernal Affairs (que espero ver antes que llegue el 31 de diciembre).
El niño. Vi L’enfant en el Festival ElCine, y me alegra que ya se encuentre en la cartelera comercial. Luego de haberme impresionado con Rosetta hace algunos años, cualquier cinta que lleve la firma de los Dardenne es de visión obligatoria para mi. Veánla por favor, aunque suene a súplica, sería una pena que se la pierdan.
El gran truco. No todos los magos logran «the prestige», el tercer y crucial momento de sus maniobras de ilusión. Christopher Nolan en esta cinta ya va por su quinto movimiento, y sin mayores traspiés, consolidando una carrera que no se deja abrumar por la magia de Hollywood. Nolan no pierde la esencia de ese cine personal que llenó sus primeras entregas. Mérito también de su hermano menor, Jonathan. Genio familiar.
Crónica de una fuga. Desde que vi Bolivia tengo el nombre de Israel Adrián Caetano grabado en la cabeza. El primer gran aporte del Festival ElCine a la cartelera comercial fue este magnífica ejercicio de género, financiado por la 20th Century Fox de Argentina. Caetano demuestra que el Nuevo cine argentino, ya no tan nuevo, no tiene porque circunscribirse a historias mínimas, con todo lo entrañables que estas puedan ser.
Vuelo 93. O como estremecerse como pocas veces con un evento visto y revisto en todos los medios disponibles. Es la segunda película de Paul Greengrass que veo, la primera fue The Bourne Supremacy. Luego del inevitable choque del avión, la pantalla en negro me dejó boquiabierto y al filo del asiento. La tensión, que le llaman. El cine está hecho para momento como ese.
Volver. Aquel cenital de Penélope Cruz que nos regaló Almodóvar debe ser una de los momentos que más recuerdo de este 2006. Segundos que resumen la fuerza, sensualidad y cotidianeidad de una mujer en estado de gracia, madura y tenaz, como las que criaron al director manchego. Una cinta redonda, nostálgica, para reir con lágrimas.
Otras cintas que no quisiera dejar de mencionar son Flores rotas, Bill Murray deja Tokio por los traspatios de una norteamérica pocas veces visitada. Días de campo, surrealismo lírico, el chileno que vuelve a casa nos hace soñar despiertos. V de venganza, dos nombres claves Hugo Weaving y Natalie Portman, más una máscara. Buenas noches y buena suerte, George Clooney un director a seguir de cerca. El nuevo mundo, hola Q’orianka, saludos maestro Malick. El mercader de Venecia, ya puedo decir que he visto en el cine un Shakespeare como se debe. El aura, un «chorro» frustrado y con epilepsis, in memoriam. La dama en el agua, Shyamalan, no hagas caso a los ‘entendidos’, tu fábula sí me cautivó. Capote, Philip, ha sido un largo camino pero por fin lograste que te conozca el gran público. Bien por eso. Miami Vice, Gong Li, cubana, salsera, castellana, nada de eso importa al final. El plan perfecto, «shieeet!».
Pequeñas grandes sorpresas
Son muchas y variadas:
Vecinos invasores, felizmente mi tonto prejuicio no evitó que me perdiese una de las películas que más me hizo reír este año. Hammy, te agradeceré tomes Red Bull con más frecuencia, ya entraste a la lista de mis personajes del año. Ah, por fin bajé el DVD. Nunca te dejaré, o The Ballad of Jack and Rose para ubicarla mejor. Conocinedo a Camilla Belle. En la cama, hola Blanca Lewin, odio el día que me perdí LA entrevista del festival. Madeinusa, Magaly, «por qué me miras así».
Orgullo y prejuicio, la melcocha del año que disfruté como ninguno, luego aquellos primeros cinco minutos de escepticismo. Solo contra sí mismo. Golpizas a la sueca. Mikael Håfström luego me volvería a sorprender con Descarrilados. Dos veces en un sólo año, no es poca cosa. Vida en pareja, François Ozon à la Memento, más Valeria Bruni-Tedeschi otra de las actuaciones del año. 11:14 hora de morir, hora de reir con no poca dosis de humor negro. Cars, (re)descubriendo la ruta 66. La casa de los sustos, animación ochentera, es tan entretenida que no importa si la ves doblada al español. Muerte súbita, viejo Bruce, aquí habías jubilado con honores a John McClane, déjalo en paz.
De Cineclubes y festivales
Del Festival ElCine debo agradecer la proyección de la argentina El custodio. Rodrigo Moreno completa una grandísima ópera prima y le da a Julio Chávez un papel para su lucimiento absoluto, él no la desaprovecha y logra ser el mejor actor del 2006, en mi humilde opinión. Si no me equivoco este año terminará sin que su estreno comercial se haya consumado. En el 2007 deben proyectarla sí o sí.
En el hoyo. Es la otra grata sorpresa con la que me topé en la fiesta del cine de agosto. Obreros mexicanos en blanco y negro, ciudadanos de a pie con tantas historias detrás, hormigas que suben y bajan en ese armatoste de concreto, cuya placa de inauguración no llevará ninguno de los nombres de estos cuates. Chingaderas.
El adversario, El odio y La promesa. Fue la triada que elegí en el Festival de cine europeo. A falta de tiempo tuve que reducir a tres mi selección, y felizmente le atiné. No fue dificíl la elección, con las palmas que precedían a cada una de estas. El adversario deja atrás a El empleo del tiempo, otra gran película. Incluye además una escena estremecedora que ahora asemejo a aquella en La caída. Ni los niños se salvan a la insanía de Daniel Auteuil, en otra de las grandes perfomances que vimos este 2006. El odio de Mathieu Kassovitz, en el París que pocos conocemos y tenemos la obligación de conocer. Finalmente La promesa, como decía, los belga Dardenne proponen, y yo observo sin chistar. Sé que no saldré defraudado. Hasta ahora no me he equivocado.
Espero que hayan llegado hasta aquí, este fue mi intento de resumir un año en una anotación. No estuvo tan mal el 2006, ¿no?
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