Con 15 minutos de retraso pero con un mayor número de asistentes, Ricardo Bedoya inició su conferencia semanal en el Centro Fundación Telefónica. Esta vez un número considerable de personas tuvieron que quedarse sin escuchar la charla que ofrece cada martes a las 6:00 p.m. en la Sala Plasma.
Esta vez la conversación que sostuvo el crítico de cine se basó en la tendencia paralela al cine industrial de la década de 1920 en adelante. Con la industrialización del cine, los artistas de la época desarrollaron un pensamiento basado en el no necesario ingreso a la industria cinematográfica para poder hacer sus filmes. Los artistas comienzan a hacer cine con medios propios, a través de la búsqueda de mecenas poderosos o apelando a lo sobresaliente de sus carreras. Inician así un arte agresivo, incluso subversivo que va paralelo al cine industrial europeo. Crean –por decirlo de una forma– el brazo independiente de la industria.
Una concepción generada, a partir de las ideas de estos artistas, es la de ver al cine como instrumento de desarrollo humano, instrumento que dará nuevas expectativas en la vida –así como las expectativas que genera el desarrollo industrial que estaba en todo su apogeo por esos años-. Hay entonces, para los cineastas de esta tendencia, una estética del vértigo maquinal, donde la máquina y el ritmo serán núcleos de la actividad artística.
Entre los ejemplos revisados para aclarar esta sesión, bastante difícil y compleja, se proyectaron: Retorno a la razón de Man Ray; Anemic Cinema de Marcel Duchamp y Ballet Mecanique de Fernand Léger.
En lo referido a la tendencia surrealista, el conductor de El placer de los ojos inició la charla con la película La edad de oro de Luis Buñuel para luego referir el desarrollo de la tendencia surrealista. Los surrealistas como Buñuel, buscaban un específico fílmico, aquello que hacia distinto al cine de otras artes. Se dan cuenta de su carácter figurativo y el poder de ser creador de otras realidades, no sólo como reflejo de la realidad. El movimiento surrealista -que no es un movimiento cinematográfico- hará de cada imagen, situación o acción; un producto del azar, de la absoluta libertad del inconsciente, se rompe el principio de causa–efecto que tiene el cine, además de las convenciones de tiempo y espacio.
Las sesiones de Cine Expandido van todos los martes hasta el mes de abril en la Sala Plasma del Centro Fundación Telefónica (Av. Arequipa 1155 Sta. Beatriz – Lima). Los días jueves a partir de las 6 p.m. se proyectan los cortometrajes y películas visualizadas en cada sesión. El ingreso a las charlas y a las proyecciones es gratuito.
Jueves 8 de febrero – 6 p.m.
La edad de oro (L’âge d’or, 1930)
Dir. Luis Buñuel | 60 min. | Francia
Guión: Luis Buñuel (con colaboración de Salvador Dalí)
Música: Georges von Parys. Fragmentos de obras de Beethoven, Mozart, Debussy, Mendelssohn y Wagner; redoble de tambores de Calanda y el pasodoble «Gallito».
Intérpretes: Gaston Modot, Lya Lys, Max Ernst, Pierre Prévert, Caridad de Laberdesque.
Después de un prólogo documental sobre las costumbres del alacrán, unos bandidos descubren a un grupo de arzobispos orando en un acantilado. La fundación de la Imperial Roma, celebrada en el sitio donde oraban los clérigos, se ve interrumpida por los lances amorosos de una pareja que es separada. El hombre es conducido a prisión pero logra escapar y se refugia en casa de su amada. Durante una fiesta, la pareja intenta consumar su pasión sin éxito. Finalmente, los sobrevivientes de una criminal orgía, entre los que se encuentra el duque de Blangis, salen del castillo de Selliny.
Y si no pueden darse un salto por la Av. Arequipa, pueden ver el film completo de Buñuel online, cortesía de YouTube.
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