Kiraware Matsuko no isshô
Dir. Tetsuya Nakashima | 130 min. | Japón
Intérpretes: Miki Nakatani (Matsuko Kawajiri), Eita (Shou Kawajiri), Yusuke Iseya (Yoichi Ryu), Teruyuki Kagawa (Norio Kawajiri), Mikako Ichikawa (Kumi Kawajiri), Asuka Kurosawa (Megumi Sawamura)
Memories of Matsuko, es una de las mejores películas que he podido ver en mucho tiempo, es un placer visual por su barroca puesta en escena, su genial forma de contar un drama con muchos toques de comedia y fantasía, y además de ello, es un musical fascinante que tiene en Nakatani a la musa perfecta. A mi gusto, estamos ante la mejor película japonesa del 2006 y porque no una de las mejores de todo el panorama asiático del año pasado.
La maravillosa historia de una vida sin sentido
Si de algo me siento orgulloso en estos casi dos años que ando sumergido en el mundo de la cinematografía asiática, es la posibilidad de dejar rastros a los curiosos como yo que se encuentran ávidos de experimentar con un cine distinto y más arriesgado, y que encuentran en películas como ésta, la satisfacción de una búsqueda más que provechosa.
A mi gusto, estamos ante la mejor película japonesa del 2006 y porque no una de las mejores de todo el panorama asiático del año pasado, dirigida por Tetsuya Nakashima, el mismo de Kamikaze Girls, con una fidelidad en su estilo visual pero con un cambio de registro más que importante que hace de Memories of Matsuko uno de los festines cinematográficos màs emocionalmente conmovedores de los últimos años.
Si en Kamikaze Girls disfrutábamos del ritmo vertiginoso y el uso excesivo de recursos de color y efectos visuales, pero no nos convenció el nivel argumental, en esta película, Nakashima se corrige, dosificando el ritmo de sus imágenes y concentrándose en disponer de color y estilo personal, cada escena con la precisión de un hábil pintor, aplicándose esta vez en regalarnos no solo un sinnúmero de imágenes y personajes enrevesados en frenético paso por la pantalla, sino que nos deja una de las historias màs conmovedoras y dramáticas que he podido disfrutar en mucho tiempo.
La historia se centra en la dramática vida de Matsuko quien fue encontrada asesinada a la edad de 53 cerca del río al frente del departamento donde ella vivió por mucho tiempo, todo narrado desde la reconstrucción de su vida que realiza su sobrino, un joven que es encargado por el hermano de Matsuko a recoger sus cosas y averiguar que pasó. Poco a poco, el sobrino va descubriendo los pormenores de la desgracia de su fallecida tía, las mismas que van desde las preferencias de su padre por su hermana enferma, su salida de casa, el dedicarse a la prostitución, pasar por varios hombres cada uno màs abusivo que el otro, enfrentar la soledad y la locura sola, son los factores que hacen que éste tome conciencia de la clase de mujer que fue su difunto familiar.
Lo interesante y novedoso, y que en alguna medida hace que Memories of Matsuko no sea tan solo un melodrama como los que hoy abundan en el panorama asiático, se dispone en la puesta en escena y en la música, es decir, hay escenas fuertes que vienen con imágenes llenas de color como si no se tomaran muy en serio pero que igual se traducen en genial belleza. De la mano del director que engendra este estilo, se encuentra la imponente actuación de Miki Nakatani quien interpreta a Matsuko en toda su triste evolución, imprimiéndole a su personaje esa mixtura de poderosa feminidad, sensualidad e inocencia, en un registro que requiere no solo actuar sino cantar y encantar, dejándonos extasiados al hacer ambas cosas de la mejor manera. Memories of Matsuko, es una de las mejores películas que he podido ver en mucho tiempo, es un placer visual por su barroca puesta en escena, su genial forma de contar un drama con muchos toques de comedia y fantasía, y además de ello, es un musical fascinante que tiene con Nakatani a la musa perfecta.
El remolino que genera la cuesta abajo de la vida de Matsuko, llena de hombres abusivos, un padre y una familia que la destierra, es balanceado por la protagonista con «el no estar sola» y en esa premisa, tiene que aguantar a todo tipo de hombres e incluso prostituirse, tratando de encontrar ese cariño que no le otorgó ni su padre ni su familia. Matsuko siempre fue esa niña ingeniosa que le robó sonrisas a su padre con ese gesto genial que trasciende en toda la película, y que resume la esencia de esta cinta: sensibilidad, humor, música y una fuerte carga dramática que componen un imponente paquete visual. En resumen, veanla sin perjuicios, acojan a Matsuko en su corazón por dos horas que dura su tortuosa historia, entiéndanla y dejense seducir por sus penurias y encontrarán en este filme, la mejor excusa para internarse en la vida de uno de los personajes más fascinantes que he podido ver en una película asiática en mucho tiempo.
Un remezón para todos los sentidos, una de esas cintas que están esperando impacientes ser vista y disfrutadas, como siempre digo, de esas que tienes que hacerla obligatoria en toda tertulia de cine y que debe ser compartida, siendo esa la esencia de la pasión como cinéfilo y mi principal motivación, recomiendo fervientemente disfrutar de esta bizarra y hasta podríamos decir fabricada odisea llena de color, sentimiento y una arriesgada forma de contarnos una historia.
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