Originario de Huamanga, Ayacucho, Palito Ortega es uno de los directores peruanos de provincia que cuenta con más experiencia. Con siete largometrajes en su haber (Dios tarda pero no olvida, Dios tarda pero no olvida II, Sangre inocente, Incesto en los andes: La maldición de los jarjachas, La maldición de los jarjachas 2, El rincón de los inocentes y El pecado), Palito es uno de los portavoces de este movimiento llamado «Cine provinciano», rótulo que como el mismo afirma, aun no está del todo definido. En esta entrevista que realizamos en noviembre pasado el director se refiere a éste y otros temas relacionados con el momento actual del cine peruano.