Un nuevo martes y una nueva proyección en el ciclo Cine Expandido en la Fundación Telefónica. En esta oportunidad el crítico y programador Ricardo Bedoya nos habla sobre el Expresionismo Alemán, y para ilustrar la exposición se proyectó Fausto de Friedrich Murnau, así como fragmentos de obras de Fritz Lang, Otto Preminger y algunas escenas de Blade Runner de Riddley Scott, película claramente influenciada por la vanguardia alemana de los años 20.
El expresionismo cinematográfico alemán se desarrolla en el período entre guerras, en la década de 1920, teniendo como transfondo el pesimismo y el desánimo tras la derrota germana de la primera guerra mundial. Una década atrás, el movimiento Die Brücke (El puente) se tornaba en contra del impresionismo pictórico, imperante en las vanguardias plásticas de aquel entonces, llegando a crear el movimiento expresionista. En 1920, Robert Wiene dirige El gabinete del Dr. Caligari, y los responsables de la escenografía fueron 3 miembros del grupo expresionista Sturm: Walter Rörig , Walter Reimann y Hermann Warm. El gabinete del Dr. Caligari se convirtió en el primer film expresionista, llegando incluso a trascender sobre la vanguardia, creando una tendencia llamada caligarismo. Esta primera obra del expresionismo destaca por el uso de una iluminación muy contrastante llegando a ser opresiva y sobre todo por sus fondos y decorados de perspectivas forzadas y formas oblicuas: esas se convertirían en la clave de la vanguardia alemana.
Los directores de este período además se nutrieron de temas populares y mitológicos alemanes: alli están Fausto, Los Nibelungos, o el asesino que dió pie a la historia de El Gabinete del Dr. Caligari; el cine alemán miraba hacia la misma Alemania.
Otra importante característica es la lucha constante del bien y el mal, ilustrada por la iluminación y el uso exagerado de las sombras, como en Nosferatu; que junto a los fondos extravagantes buscaban un efecto psicológico sobre el espectador. Además oponen a los mostruos, por lo general salidos de lo mas bajo, como el Mephistos de Fausto, salido del averno, o el mismo Nosferatu, vampiro que sale de su tumba a buscar la sangre de los vivos; y Caligari, demente asesino, con víctimas puras y casi virginales: Mina en Nosferatu, Gretchel en Fausto, que conjugaban esta idea del bien y el mal a la perfección.
Esta vanguardia iría cediendo su lugar conforme se acercaba un nuevo conflicto (la segunda guerra mundial), pero sus aportes se ven aun en films recientes, como prueba de ello está Blade Runner, de Riddley Scott, influenciada por las visiones caóticas de los directores germanos de la década del 20.
Fragmento de Fausto de F. Murnau.
Fragmento de Nosferatu, de F. Lang.
Fragmento del Gabinete del Dr. Caligari, de R. Wiene.
Centro Fundación Telefónica
Ciclo Cine Expandido – martes 6 p.m.
Las películas se repiten los dias jueves a las 6 p.m.
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