The Holiday
Dir: Nancy Meyers | 138 min. | EE.UU.
Intépretes:
Cameron Diaz (Amanda)
Kate Winslet (Iris)
Jude Law (Graham)
Jack Black (Miles)
Eli Wallach (Arthur)
Edward Burns (Ethan)
Rufus Sewell (Jasper)
Estreno en Perú: 8 de marzo de 2007
La búsqueda de la felicidad en una versión más despegada de la tierra. No está Will Smith y no lo necesitan. En el mundo de Iris, Miles, Amanda y Graham los problemas se remiten invariablemente a cupido y ésa es la razón de ser de esta película. La directora Nancy Meyers se ha propuesto devolverle al género romántico esa cierta elegancia que se remite, como en las películas de Woody Allen, a esta comunidad de profesionales satisfechos e intelectuales de todo tipo. Elegancia en teoría, pues aquí estamos lejos del ingenio de una screwball comedy o mucho menos. Las aventuras amorosas de estos desconocidos sigue la línea de filmes nulos a lo What women want o Something’s gotta give con los que arma sus baterías para hacerse del trono de la versión más rosa del género que dejó ausente Nora Ephron.
La historia nos transporta a las nubes del folletín (casi en similar ritmo a la pluma de Forrest Gump). Desde ella contemplamos a los personajes enloqueciendo por la cómoda rutina en la que se encuentran, la insatisfacción amorosa como detonante y el viaje a donde sea en el aún diverso mundo como solución. El descanso del mundo conocido es lo que hará a las extranjeras amigas a distancia, encontrar el respiro y plantearse una nueva oportunidad. Eso es todo. Se espera uno tal vez una sucesión de humor alrededor de las vecinas de Surrey y L.A. y su interacción con las tierras extrañas. No lo tenemos (al parecer ambos mundos le parecen tan globalizados que ya hay muy poco para escarbar o para que su escaso talento pueda encontrar). Podríamos esperar también una aventura romántica en una línea más seria tal vez como las que tocaban algunas novelas como las de E.M. Forster llevadas al cine, en algún caso potenciando esas posibilidades, pero tampoco lo tenemos.
En 1989, Rob Reiner hizo un film devenido en clásico When Harry Met Sally una redonda comedia dramática que hizo rejuvenecer el feudo del género en el que deambulaban actores con historias de lo más enterradas en la mediocridad. Su especial estructura y lo ingenioso de las réplicas (obra de Ephron cuando daba sus primeros coqueteos con el cine) se convirtieron en modelo a seguir pero casi hasta se podría decir que fue una pequeña chispa que muy pocos conservaban prendida en la vertiente alternativa (Allen principalmente). Meyers juega a ser la aprendiz de estas lecciones pero bajo la potente y definitiva influencia de la política de los estudios que la han formado con una vocación más para las sitcom. Es de esos realizadores ideales para rodar los disfuerzos de actrices como Goldie Hawn, Bette Midler y aunque lo lamentemos, Steve Martín, Diane Keaton o Warren Beatty. Son acaso la alternativa a las comedias de Eddie Murphy, Ice Cube, los hermanso Wayans aunque a fin de cuentas resulten (creativamente) igual de vulgares.
Lo que encontramos es el espectáculo más soso y amodorrado, como los bostezos que les podríamos oír a la directora y su equipo que parecen ser quienes en verdad se fueron a tomar el descanso e hicieron este film casi de pasada. Los innumerables encuentros y despedidas de los cuatro protagonistas son desarrollados con el menor sentido del ritmo posible. La redundancia es el factor condicionante durante el estirado metraje. Ni siquiera el llamativo reparto, que incluye aparte de los cuatro protagonistas, a Ruffus Sewell o Ed Burns puede ser acicate para interesarnos en la historia errática como viaje de campamento. Apenas si causa curiosidad la presencia de Eli Wallach (el feo de Leone y antihéroe de la recordada Baby Doll) en el rol de Arthur, el viejo guionista que se presta a la gran broma sobre la ausencia de verdaderos talentos de su especialidad en este Hollywood para apelar con resignación a la nostalgia (lo haría al suicidio tan solo con leer el guión de esta película).
The holiday es sólo un film de relleno que comete el pecado de estrenarse ya pasado el día de San Valentín, fecha que fue su razón de ser en primera instancia; la segunda es ocupar su lugar en los dvds de cabecera de los todavía vigentes fans de la moda Tom Hanks- Meg Ryan. A la espera seguimos de una película romántica que recupere la tan mentada “magia” que hace del encuentro con el amor una experiencia única en nuestras vidas y no como la boba historia de Amanda (Díaz) y su incapacidad de soltar una lágrima.
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