Con motivo de la salida de un nuevo número de Godard!, Claudio Cordero, uno de los directores de la revista, fue entrevistado por Francisco Ángeles de La Primera. Reproducimos aquí unos fragmentos de la conversa, entre otras cosas, porque el formato que tiene en la web de aquel diario es realmente impresentable e ilegible:
(Foto cortesía de Arteperú)
Godard! empieza con una línea bastante combativa. Parecía que la intención era derribar ciertas ideas establecidas sobre el cine peruano. ¿Ésa fue la principal motivación para iniciar el proyecto?
No, no partió de una voluntad o deseo de derribar a nadie. Sebastián (Pimentel) y yo veníamos publicando críticas en el diario Cambio por casi dos años y leíamos bastante a los críticos peruanos que sacaban la revista La Gran Ilusión, que nos gustaba mucho. Ahí estaban Ricardo Bedoya, José Carlos Huayhuaca, Alberto Servat, Isaac León Frías, que eran los críticos establecidos y los que yo leía desde niño en Caretas o El Comercio. Nosotros teníamos la colección completa de La Gran Ilusión, pero la revista cada vez nos fue gustando menos, y con el tiempo ya no nos despertaba la misma pasión que antes.
¿Cómo explicas esa benevolencia de la crítica con las películas peruanas?
No hay que ser Mandrake para darse cuenta de que estos críticos y cineastas no son grupos separados. No quiero decir que son una mafia, no son los Corleone, no digo que vayan juntos para todos lados, pero definitivamente se han formado bajo el mismo techo, que es la revista Hablemos de cine, donde estuvieron Huayhuaca, Tamayo, León, Bedoya. Y después ese techo se cambio por el de la Universidad de Lima, donde estaban los mismos personajes. Entonces ocurrió algo muy perjudicial para el cine peruano, que fueron críticas favorables a películas malas. Y así El bien esquivo terminó convertida en mejor película que Bailando en la oscuridad, lo que es surrealista.
Ahora a la revista la veo muy bien hecha, muy interesante, pero mucho más conservadora, más inofensiva. ¿Qué ha pasado con ese ímpetu inicial?
Es otra revista. Han pasado seis años. Esa reseña que leíste me parece buenísima, pero ahora hacer algo así sería forzado, no saldría con la misma espontaneidad de esa época. Llegamos en el peor momento del cine peruano. Ahora estamos en otro contexto y yo tengo más fe en el cine peruano, pero no por Lombardi, que está haciendo Mariposa negra, sino porque han aparecido películas loables como Madeinusa y Chicha tu madre.
Ustedes eligieron a La muralla verde como la mejor película peruana de la historia. ¿Sería Robles Godoy el gran faro que para ustedes no es Lombardi?
Más que el Robles Godoy cineasta, sería el Robles Godoy artista, que no traicionó su visión incluso en sus peores obras. Además tuvo películas de las que deberíamos hablar más seguido, pero han sido borradas de la cultura peruana y nunca valoradas en su justa dimensión. Películas como La muralla verde, En la selva no hay estrellas y Espejismo no han sido vistas por lo menos por dos generaciones, y eso ha ocurrido porque ningún critico las ha destacado en ningún lado. Una de las cosas que más me enorgullece de Godard! es haberle hecho un homenaje a Robles Godoy. A partir de allí, La muralla verde fue descubierta en Argentina y programada en el Festival Internacional de Cine de Buenos Aires.
Disculpa que insista en el tema. En líneas generales, ¿no sientes la revista mucho más conservadora?
No lo creo. Lo que pasa es que, fuera de lo que ya dijimos en esa época, no hay nada nuevo que decir sobre el cine peruano y la crítica peruana. Pero sí hay algo que me parece mucho más provocador, que es ir contra el gusto elitista del crítico que sólo admira el cine de autor europeo, las de Bresson o Tarkovski, que por supuesto que a mí también me gustan. Los críticos están muy desconectados de lo lectores. Hay revistas que no sé a quién se dirigen. Nosotros también queremos tener una vocación pedagógica, formar un público cinéfilo. Hay quejas de por qué no llegan películas de autor asiáticas o europeas, y la respuesta es muy simple: no hay un gran público para ellas. Y me parece provocador hablar de cine comercial. Así que todavía nos salimos de los esquemas. Escribimos sobre Erice, Lodge Kerrigan, Michael Haneke, y a su lado le damos un espacio al cine comercial, porque también forma parte de nuestras vidas….
Hay un prejuicio contra Hollywood, pero de alguna manera se lo ha ganado…
Sí, porque produce mucha basura. Pero también hay películas valiosas, como En busca de la felicidad, que está en cartelera y es digna de verse, pero los críticos le han puesto una estrella. Nosotros queremos llegar a un público más amplio sin sacrificar nuestra identidad. Hacemos la revista que queremos hacer, la que nos place, eso no ha cambiado. En cierto sentido es una revista comercial, pero también es exigente. Y el nombre se ha convertido en una especie de requisito. O sea, si la lees, por lo menos entérate quién es Jean Luc Godard. Así que también lo veo como una contribución a la cultura. Queremos sensibilizar a la gente acerca de lo que el cine tiene que ofrecer como experiencia estética. Lo que más satisfacción nos da es que las personas se interesen por películas a partir de leer Godard!
Actualización: Como bien nos indica Diego Cabrera, esta entrevista en versión más extensa pueden encontrarla en el blog El Hablador, gracias por el dato Diego.
Deja una respuesta