Después de la brillante deconstrucción de Oldboy hecha por nuestro colega y colaborador más entusiasta, Juan José Beteta, el interés por la filmografía de este director coreano nos ha llevado a investigar y a tratar de hallar sus trabajos anteriores no vistos en Lima. Buscando y rebuscando, encontré Judgement (Simpan, 1999), el primer corto de Chan-wook Park en YouTube. Disfrútenlo:
Mira aquí la segunda parte del corto.
Aquí un análisis de Sergio Vargas (Revista de cine Miradas.net):
Judgement (Simpan, 1999) es un cortometraje de veintiséis minutos muy bien aprovechados. Gran parte de las virtudes que el director exponenciaría en sus posteriores filmes aparecen aquí referenciadas. El punto de partida es claramente representativo de la morbosidad que parece buscar Chan-wook en la mayoría de sus obras, pues la historia se sitúa en un depósito de cadáveres. Allí, uno de los trabajadores parece matar el tiempo bebiendo una cerveza tras otra, mientras se ocupa de su higiene personal y/o escucha la televisión (no está nada mal para un trabajo como ese) Poco a poco, vamos entrando en situación, el cadáver desfigurado de una chica es reclamado por los que dicen ser sus padres, que vieron como desaparecía de casa cinco años atrás. Dos periodistas se acercan a alimentar el morbo de los telespectadores con las lágrimas del duelo. La sorpresa salta cuando el empleado dice reconocer en el cadáver a su hija, curiosamente también desaparecida años atrás.
El cortometraje transcurre íntegramente en el interior de la morgue, con los cinco personajes intentando llegar a una conclusión satisfactoria, que, por unas razones u otras se convierte en una ardua tarea (un lunar que podría resultar identificativo no puede determinar nada al estar amputada la pierna correspondiente, incidiendo en este punto el humor macabro que casi siempre caracteriza al director) Chan-wook combina con buen criterio los planos generales donde se puede ver interactuar a todos los personajes con primeros planos de éstos y determinados insertos que refuerzan visualmente los hitos que va superando el proceso (el cadáver, la pierna amputada, las fotos, las cervezas…), logrando dinamizar bastante bien la película a pesar de que todos los personajes se encuentren en un mismo espacio cerrado.
La banda sonora, íntegramente compuesta por piezas clásicas, juega una buena baza en el desarrollo de la acción, acompañando el tono lúgubre de las imágenes, y en ocasiones ejerciendo de contraste ante determinados estallidos de violencia, por lo general emocional, nada que ver con lo que se vería más tarde en la trilogía. Rodado en un nítido blanco y negro, la película sufre un cambio al color en el desenlace simplemente empleado como un recurso estilístico más que con alguna función concreta, desenlace por otra parte que enlaza indirectamente con el comienzo y las imágenes catastróficas anunciadas por el televisor. Un final concluyente, y a la vez inconcluso, pero para nada concesivo, como corresponde a un cortometraje cuya única razón de ser es la exploración de nuevos caminos para la elaboración de un estilo propio que comenzaría a esbozarse tímidamente en Joint Security Area (Gongdong gyeongbi guyeok JSA, 2000).
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