Hace ya más de un mes Rodrigo Bedoya, de Ventana Indiscreta Digital, entrevistó a nuestro compañero Juan José Beteta a propósito de la creación de la Asociación Peruana de la Prensa Cinematográfica y su rol como crítico en Cinencuentro, aquí algunos extractos de la conversa:
Algunos dicen que la profesión del crítico de cine es la más solitaria del mundo, puesto que consiste en ver películas y reflexionar sobre las mismas. ¿Por qué crear una asociación que busque juntar a los críticos?
La idea de la asociación no ha venido directamente de los asociados, sino de la Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica (FIPRESCI). Los asociados que han decidido formar parte de esto la asociación entienden que la crítica de cine no se limita sólo a la actividad solitaria de escribir y ver cine, sino también a la de hacer promoción y difusión de películas. La gran mayoría de ellos son jóvenes (entre 20 y 30 años) y lo que ellos buscan es conocer, difundir y capacitarse, y de esta manera aprender también como críticos, lo que hace que quizá los críticos de más edad no se sientan tan llamados a asociarse. Lo que queremos es que la asociación no se limite a un club de debate sobre películas: buscamos también organizar festivales, tener un boletín institucional y otras actividades en las que el crítico no suele participar, pero que resultan de interés a la gente más joven.
Tenemos una de las peores carteleras de América del Sur. ¿Cómo puede la asociación influir en la distribución de películas?
La crítica puede tener una influencia en el mercado, pero es una influencia limitada, puesto que el mercado para las industrias culturales es limitado. El cine que está fuera de los canales de Hollywood no llega acá, y sería muy útil conocerlo para que pueda haber un desarrollo local. Pienso por ejemplo en las películas que se realizan en el interior, que escapan a la industria y que por lo tanto no llegan. Existe una vida cultural muy amplia en el país, con gente talentosa que tiene ganas de hacer cosas pero que necesitan crearse un propio mercado y ser estimulados por factores externos que presionen para llegar a cambios en los mecanismos de distribución actuales. Lo que pasó con Blockbuster es muy significativo: apostar por películas que después uno podía conseguir a tres soles en cualquier esquina los hundió; cuando podrían haber elegido, sin descuidar el cine norteamericano netamente comercial, traer películas europeas o de otras partes, con un criterio más variado. Esto indica que hay un mercado para un cine que está fuera de los circuitos de distribución más importantes, como lo demuestra el fenómeno de la piratería. Existe una influencia limitada, pero no por ello hay que renunciar a la misma.
¿Tú crees que la APRECI debe tomar una posición sobre la piratería?
No es un tema para nosotros, puesto que es un tema de carácter legal, además de ser una discusión interminable. No le veo mucho sentido detenernos ahí, a menos que haya cambios importantes en las condiciones económicas que permiten la existencia de la piratería. Siento que el tema es ya una discusión agotada.
Deja una respuesta