Buenos Aires. Tremendo dilema. Instalado en la sala de prensa del BAFICI, en el segundo nivel del Hoyts Abasto (una especie de Megaplaza de lujo, con escaparates, patio de comidas, multicines y juegos para niños), intento revisar, con calma, la grilla de programacion, y no se qué escoger.
Esa misma sensación la comparto con otros colegas: «Lo que abunda no daña, dicen, pero el espectador termina sintiendo que todo el cine del mundo pasa por aqui en doce días, que con esfuerzo puede ver el 10% de todo y que el resto del año es un vacio total», se lamenta un periodista de Clarín, en el diario del Festival.
En la rotonda de aquel shopping, el publico, joven en su mayoría, se arremolina frente al kiosko informativo pidiendo el catálogo del programa; otros se sientan a consultarlo en las bancas del lugar. Las entradas de algunas cintas ya se agotaron, como El tiempo, de Kim Ki-duk, o la argentina ¡Upa!, cuya directora Tamae Garateguy, a quien conocimos por accidente, posa contenta y con buen talante (publicitario) ante la cámara y la curiosidad de Luis Carlos.
Esta noche es la apertura del Festival, con una función de gala en el Teatro Opera (por el Obelisco), donde se verá Bamako, drama judicial de temática antiglobalización del malí Abderrahmane Sissako -ganador del Bafici 2003- en el que los demandantes son el pueblo africano y los demandados el Banco Mundial y el FMI. Nos informan que el ingreso a la gala es con invitación especial y no está abierta a la prensa. Parece que los corresponsales de este humilde blog peruano no podremos estar presentes, ni aunque argumentemos que sobrevolamos el desierto chileno y las pampas argentinas para estar aquí.
Mientras vamos preparando el plan para infiltrarnos en la función, intento ordenarme y aquí les paso una guía de mis recomendaciones, una lista elaborada a vuelo de pájaro, o mejor dicho, al nivel de un cinéfilo medianamente informado que también llega a este Bafici 2007 a aprender un poco más.
The Host (Corea del Sur), de Bong Joon-ho, relato fantástico que involucra a una familia con un moustruo, que sorprendió en la Quincena de Realizadores de Cannes y se convirtió en la pelicula más vista del cine coreano. Un nuevo Godzilla.
Syndromes and a Century (Tailandia), de Apichatpong Weerasethakul, que según las referencias, se aleja del cine contemplativo y radical de anteriores cintas como Blissfully Yours o Tropical Malady, que lo hicieron célebre.
I Don’t Want to Sleep Alone (Taiwán), de Tsai Ming-Liang, el director de Vive L’Amour, El río y The Hole, transcurre por primera vez en su país natal y se centra en las desventuras de inmigrantes marginales.
Still Life y Dong (China), ambas del chino Jia Zhang-ke, El primero lanza una mirada apocalíptica sobre el colapso de la vieja China a causa de la hiper industrialización, a partir de la historia de la construcción de una central hidroeléctrica y sus efectos. El segundo, una suerte de documental sobre el proceso creativo de un pintor local, al estilo de El sol del membrillo, de Erice.
Daratt (Chad), de Mahamat-Saleh Haroun, ganadora de cinco premios (incluido el especial del jurado) en Venecia 2006. La consideran una sorpresa del nuevo cine africano. Tras 40 años de guerra civil en el Chad, una comisión oficial decide amnistiar a todos los asesinos, y Atim -de 16 años- cuyo padre fue victimado, se va a la ciudad en busca de venganza.
Belle toujours (Portugal), de Manoel de Oliveira. A los 98 años, el director en actividad más longevo del cine, rodó una secuela del clásico Belle de jour de Luis Buñuel, con Michel Piccoli y Catherine Deneuve Bulle Ogier en el reparto a casi 40 años del largometraje original.
Corazones (Francia), de Alain Resnais. Otro filme coral de uno de los patriarcas de la nueva ola francesa, pero cargando las tintas, a diferencia de su ligera On connaît la chanson.
Il regista di matrimoni (Italia), de Marco Bellocchio. El notable director de El diablo en el cuerpo y La sonrisa de mi madre, cuenta las desventuras de un cineasta en crisis profesional y familiar que se ve obligado a filmar la boda de la hija de un noble siciliano y termina enamorándose de la novia.
Juventude Em Marcha (Portugal), de Pedro Costa, director de culto por excelencia y uno de los más iconoclastas del cine contemporáneo. Usando los mismos actores, locaciones y el mismo acercamiento (largos planos fijos de personajes charlando) de sus cintas anteriores, narra conmovedoras historias de vida de marginales marcados por la pobreza, el desempleo, la nostalgia, el desarraigo y la adicción a las drogas.
Day Night Day Night (EE.UU.), de Julia Loktev (La tierra tiembla). Opera prima premiada en la Quincena de Realizadores de Cannes 2006 sobre las últimas horas de una terrorista suicida que planea hacer estallar una bomba en Time Square, contado desde la perspectiva de la protagonista.
The US vs. John Lennon (EE.UU), de David Leaf y John Scheinfeld. El título lo dice todo. Documental que registra el enfrentamiento entre la administración Nixon y el músico y líder movimiento pacifista, que incluye material de archivo aportado por su viuda Yoko Ono.
Shortbus (EE.UU.), de John Cameron Mitchell. El segundo largo del joven director neoyorquino de Hedwig and the Angry Inch, es una apuesta experimental y desaforada, sobre las desventuras de varios personajes homosexuales y heterosexuales que frecuentan el club under del título.
This Filthy World (EE.UU.), de Jeff Garlin. El documental es un descarnado y desopilante monólogo humorístico del director de Pink Flamingos, John Waters.
En esta nota no se incluyen filmes en competencia, ni peliculas argentinas, ni las retrospectivas.
También pueden leer otros blogs que cubren el Bafici 2007:
- Hacia el Bafici (Quintin)
- BAFICI 07 (Diego Batlle)
- Blog La Fuga (Chile)
- Con los ojos abiertos (Argentina)
Deja una respuesta