Ojos que laten


Jean Renoir, maestro de la belleza cinematográfica, afirmaba que en el cine silente no era cierto que los personajes no hablasen, sino que simplemente no los escuchábamos. En In the Eye Abides the Heart, cortometraje debut de Mary Sweeney como directora, se da una situación similar: dos enamorados comparten sus ritos de amor en dos tiempos distintos, en una Buenos Aires del pasado y en una Buenos Aires de hoy, no pudiendo el espectador escuchar lo que se dicen, pero entendiéndolo perfectamente.

Justamente eso es lo atrapante del corto, su utilización precisa y sutil del lenguaje cinematográfico, que remitiendo sobre todo al cine silente, nos cuenta una historia tan sencilla como desbordante de belleza. Su experiencia es completamente sensorial, alimentada por la exquisita interpretación de la canción popular alemana que da título al filme, a cargo de Shirley Manson, la (¿ex?) vocalista de Garbage. Apartándose completamente de la oscuridad de sus obras como editora en joyas como Lost Highway y Mulholland Drive, Mary Sweeney nos demuestra que tanto en las sombras como en la luminosidad, es en el ojo donde habilita al corazón.

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