Music and Lyrics
Dir. Marc Lawrence | 96 min. | EE.UU.
Intérpretes: Hugh Grant (Alex Fletcher), Drew Barrymore (Sophie Fisher), Brad Garrett (Chris Riley), Kristen Johnston (Rhonda Fisher), Haley Bennett (Cora Corman).
Canciones: Adam Schlesinger, Andrew Wyatt, Josh Deutsch y Clyde Lawrence.
Estreno en Perú: 15 de marzo de 2007
Alex Fletcher es un cantante de rock semi retirado al que de pronto le llega la oferta de componer una canción para la estrella del momento, Cora Corman. Nuestro autor no ha compuesto nada en años y está desesperado tratando de encontrar un escritor que trabaje con él la obra que lo puede regresar al show business. Es entonces que aparece Sophie Fisher, una chica que le cuida las plantas de su casa, quien se revela como una potencial autora de letras de canciones.
Sin embargo, no es el argumento –bastante convencional, por cierto– lo más interesante de esta comedia sentimental. Ni tampoco la presencia de las estrellas Hugh Grant (quien viene repitiendo este tipo de personaje película tras película) y Drew Barrymore.
El filme destaca, en primer lugar, por sus diálogos ingeniosos y realmente divertidos, a veces quizás demasiado inteligentes para una carcajada inmediata, pero lo suficientemente chistosos para entretener y mantener divertido al público a lo largo de la película. La clave de construcción de los diálogos (pero también del conjunto del guión) es la casi permanente auto ironía; es decir, el no tomarse en serio para nada ni tampoco hacerlo con la clase de música que el filme promueve. Este tipo de humor está en las antípodas del de Borat, por ejemplo, cuyo objetivo es la crítica social y política y cuyos componentes escatológicos y poco sutiles son lo opuesto a la auto ironía que caracteriza las sociedades posmodernas. Tomar la vida de manera humorística y aceptar con tolerancia las diferencias personales y culturales forman parte de la vida contemporánea; lo cual se ilustra en la forma en que Fletcher lleva adelante su existencia y la forma como asume las relaciones profesionales y sentimentales.
En consecuencia, el humor se extiende también al segundo gran punto a favor del esta película: la música. De hecho, desde su inicio el filme presenta un simpatiquísimo videoclip con la canción de una presunta banda de los años 80 llamada PoP!, a la cual pertenecería Fletcher; quien, por su parte, no se hace ilusiones sobre su remota posibilidad de éxito. A esta simpática impostura se suma la caracterización de nuestro héroe como un ídolo un poco anacrónico y que trabaja en ferias o para un público de “tías” con las hormonas aún movidas. Si bien la auto burla de la música ochentera es un componente del guión, también lo es que sus pegajosas melodías demuestren que su promoción (o relanzamiento) sí va en serio.
Las canciones compuestas especialmente para el filme tienen resabios de grupos como The Police o Tears for Fears, mientras que las coreografías de Fletcher recuerden a los movimientos escénicos de bandas como Duran Duran. De allí que, por ejemplo, al público adolescente no le produce mayor interés ni el filme ni la música, a pesar del sentido del humor light y que –por lo mismo– es percibido en conjunto como un temprano anacronismo. Dicho de otra forma: esta es una película para mayores de 30 años y fans de la música popular de los años 80.
Hechas estas precisiones, se trata de una película entretenida con música disfrutable para los públicos arriba referidos y para Laslo, quien ha transitado con fruición por estos parajes musicales.
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