Escándalo (2006)


Notes on a Scandal
Dir. Richard Eyre | 92 min. | Reino Unido

Intérpretes:
Judi Dench (Barbara Covett)
Cate Blanchett (Sheba Hart)
Tom Georgeson (Ted Mawson)
Michael Maloney (Sandy Pabblem)
Joanna Scanlan (Sue Hodge)

Estreno en Perú: 12 de abril de 2007

Podemos sentirnos aliviados: en Londres se raja más y –sobre todo– mejor que en Lima, a juzgar de esos comentarios con los que nos regala desde el inicio Barbara Covett, una veterana maestra, sobre sus colegas y alumnos de una escuela pública inglesa. Pero no sólo son las reflexiones y el excelente guión con los que se refocila la protagonista, sino las notables actuaciones de Judi Dench y Cate Blanchett, junto a un equipo actoral de primera, los que destacan esta producción inglesa. La música de Philip Glass es altamente eficaz y convincente, como en otros casos, y vale la pena destacarse también.

Si La Reina era un equivalente cinematográfico a un buen vaso de whisky, Escándalo es un filme para verlo y, luego, comentarlo a la hora del té, con una generosa provisión de Oooooold England Toffee. Me lo puedo imaginar como tema de conversación en un lonche de tías chismosas, porque esta película libera a los peruanos (y a los limeños, en particular) de sobrellevar esa enorme responsabilidad de ser los campeones en el vil aunque encantador deporte del raje, el chisme maledicente y sibilino. Podemos sentirnos aliviados: en Londres se raja más y –sobre todo– mejor, a juzgar de esos comentarios con los que nos regala desde el inicio Barbara Covett, una veterana maestra, sobre sus colegas y alumnos de una escuela pública inglesa.

Pero no sólo son las reflexiones y el excelente guión con los que se refocila la protagonista, sino las notables actuaciones de Judi Dench y Cate Blanchett, junto a un equipo actoral de primera. Dench nos va descubriendo gradualmente un personaje cuya doble faz va mucho más allá de su cinismo, para proyectarse como una reina de la manipulación emocional. Está apoyada por un trabajo de cámara que aprovecha y destaca en tomas muy cerradas todos los gestos y actos que van componiendo gradualmente la personalidad de esa ya vieja súper bataclana que ella interpreta. Fea, feísima, pero digna versión femenina del John Bull británico, Judi Dench sabe utilizar a las mil maravillas sus arrugas para descubrirnos el sinuoso mundo interno de su personaje, llegando incluso a conmovernos con algún momentáneo quiebre emocional. La mujer destila una sabiduría actoral que deja sin aliento y se prodiga a lo largo del filme mostrando su recio talante al servicio del de la protagonista; la cual exhibe una constante y tenaz entrega a una pasión que ya no puede aspirar a la sensualidad. Este ámbito, en cambio, queda destinado al papel de Blanchett, el de una ex punketa chibolera que finalmente se abandona al deseo que trasuntaba una bien agitada y recorrida juventud. Todo ello enmarcado en un mundillo de envidia y cotilleo perversos, casi provinciano; ambientando (y encajonado: nuevamente, el trabajo de cámara) en esos tonos grises y hasta lúgubres con los que se ha diseñado esta notable producción británica. ¡Qué isla tan apropiada para estos trajines!

Un segundo importante aspecto a resaltarse en este filme es la música de Philip Glass. Como en otros casos, es altamente eficaz y convincente. Por ejemplo, cuando Covett sube por primera vez las escaleras de la casa de Sheba –una escena sin mayor trascendencia– la música anticipa de manera desaforada los acontecimientos posteriores en dicha vivienda. En este caso recuerdo vagamente a las partituras del legendario Bernard Herrmann. Vagamente, porque en realidad no hay comparación posible, ya que Glass sigue una línea estética minimalista. Me pregunto si alguna vez este controversial compositor ganará un Oscar a la banda sonora de algún filme. Normalmente, la música para cine exige la presencia de temas persuasivos, sea una canción o al menos una melodía que “pegue” y recordemos por largo tiempo. Pero, ¿alguien recuerda alguna melodía de Glass? Difícil, por no decir imposible, ya que este compositor no compone melodías. Una melodía se construye en base a relaciones causales o contrastes entre frases musicales; se necesita al menos un par de estos elementos para que exista un “gancho” melódico; al menos, como lo conocemos en la música occidental. En cambio, la música minimalista de Glass es la repetición constante de una sola frase (quizás más exacto sería decir, un sonido) con leves variaciones de tonos y semi tonos, de tal forma que lo único que conseguimos escuchar es una ondulante línea musical. Es una música que adquiere sentido(s) únicamente en relación con la imagen, pero como soundtrack no difiere sustancialmente del resto de su, por otra parte, abundante producción. Y ese quizás sea el problema con el Oscar, es decir, que quizás nunca escuchemos un tema lo suficientemente pegajoso de manos de Glass, pese a lo insistente de su estilo, como para que convenza a una más bien convencional Academia. Fuera de este detalle, la música de este compositor es fascinante y funciona a las mil maravillas con el audiovisual. En mi caso, encuentro su música fascinante y recomiendo su escucha en soledad, en la oscuridad; se puede alcanzar el éxtasis, pero también un plácido sueño.

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2 respuestas

  1. […] igual que Escándalo, la anterior película del británico Richard Eyre, El amante (The Other Man) es una historia de […]

  2. Avatar de David
    David

    «Escádalo» («Notes on a scandal») (2006)
    El inicio de la película es sin igual:un arcano, sibilino y mal intencionado cotilleo de la maestra de historia, Bárbara Covett, acerca de sus alumnos y sus colegas, acompañado por una excelente banda sonora que genera un clima de «confesión prohibida».
    Judi Dench da una clase maestra de actuación. Una anciana profesora con doble personalidad. La primera, una mujer anacoreta, misántropa. La segunda, una mujer lesbiana, neceseitada de amor.
    Cate Blanchett no se queda atrás. Una maestra tímida, sensual, que lleva a cuestas una familia que causaría a más de uno varias migrañas. Casada con un tipo mucho mayor que ella, con una hija adolescente en plena etapa del enamoramiento y con un hijo que sufre del Síndrome de Down.
    El muchacho creo que no estuvo al nivel. Le falto emoción, muy frívolo en ocasiones.
    El resto de actuaciones si son dignas del filme al igual que el guión. Aunque hay varios estereotipos, como por ejemplo, cuando Hart descubre las hojas del diario de Covett arrojadas al tacho y empieza la búsqueda frenética del susodicho por toda la casa.
    Las escenas sexuales estuvieron muy recatadas. La historia en sí no lo es y estas partes donde se comete el verdadero delito no debio de ser inhibida.
    Sin duda un buen estreno y una buena película de los últimos tiempos.

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