Durante la clausura de la Primera Cumbre de Derechos de Autor, el director mexicano Alfonso Cuarón dijo que «perseguir la piratería es tan inútil como perseguir el terrorismo», y manifestó que se deberían tomar medidas «más pragmáticas» como «reducir el precio final de las películas y los discos». Asumiendo así, su nuevo cargo como vicepresidente de la CISAC (Confederación Internacional de Sociedades de Autores y Compositores).
El director de Niños del hombre y Harry Potter y el prisionero de Azkabán fue más preciso al referirse a las actividades a emprender como «intentar buscar el diálogo con las grandes empresas y las instituciones para encontrar la manera de combatir la ‘piratería’, con soluciones como por ejemplo ofrecer las películas y discos a un precio más barato», destacando la necesidad de los autores de mantenerse unidos para hacer frente común ante los nuevos retos: como la posibilidad de establecer una tarifa plana para la descarga de música por internet con el fin de poder cobrar los derechos que los autores no reciben actualmente con las descargas consideradas por ellos ‘ilegales’.
Cuarón exagera si piensa que es lo mismo matar personas con una bomba que «bajarse» una cinta de internet o comprarla en versión pirata. Ambas son actividades ilegales y contra el stablishment. Y es entendible que sienta que el gremio al que representa sea una víctima más de un problema que tiene muchos reveses, pero es un tremendo desliz que uno de los máximos representantes del derecho de autor se exprese en términos tan poco afortunados. Con menos, se han emprendido tristes iniciativas.
(Vìa El Porvenir)
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