Y en los Estados Unidos las autoridades están indignadas, casi tanto como este blogger que si, por él fuera, mandaría a la cárcel al profesor. Eso sí, previa gritoneada.
«Un amigo me la consiguió«, dijo el maestro Lovell Quiroz cuando, piña él, las autoridades se enteraron de esta tremenda barbarie que, supuestamente, se originó cuando una perspicaz alumna de 10 años reconoció en aquellas imágenes pirateadas al ogro que ve hasta en la sopa, siempre con el cartelito de «Sólo en cines».
La niña rápidamente asoció «DVD + Imágenes-de-ogro-sólo-en-cines = Piratería», y le pasó la voz a su papi, que, una vez frente a las autoridades competentes, anotó que «es una pérdida de tiempo que les pasen películas en clase, y peor si son pirateadas«, demostrando su amplio criterio y, como no, su ignorancia ante el cine, no sólo como herramienta educativa, sino más bien como elemento de reflexión.
El martes pasado tuve la mala idea de ir a Larcomar para ver Shrek tercero, esa extendida franquicia que ahora nos presenta historias aburridas y personajes insípidos. Pero lo peor vino antes de la proyección, con el comercial del «20 pirata» que trató a todos y cada uno de los espectadores-dos-por-uno como submentales, aparte de lo patético del spot en cuanto a realización. Yo pregunto, ¿a quién puedo denunciar eso?
(Vía Cinematical)
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