Infamous
Dir. Douglas McGrath | 110 min. | EE.UU.
Guión: Douglas McGrath; basado en un libro de George Plimpton.
Intépretes: Toby Jones (Truman Capote), Sandra Bullock (Nelle Harper Lee), Gwyneth Paltrow (Kitty Dean), Sigourney Weaver (Babe Paley), Daniel Craig (Perry Smith), Isabella Rossellini (Marella Agnelli), Hope Davis (Slim Keith), Lee Pace (Dick Hickock), Peter Bogdanovich (Bennett Cerf), Jeff Daniels (Alvin Dewey), Juliet Stevenson (Diana).
Estreno en España: 15 de junio de 2007
El ritmo narrativo de Historia de un crimen es uno de sus mayores logros, pasando del drama y la sobriedad de Kansas, a la centelleante y burbujeante vida social de un intelectual en la gran manzana, de fiesta en fiesta, muy en la onda de su Desayuno en Tiffany’s. Este filme resulta más rico, más creíble, más terrenal, dentro de un marco muy clásico a lo hollywoodense brillo de estrellas.
Un Capote más Truman
Es curiosa esa manía de las coincidencias en desarrollar dos temáticas similares, en guión primero para llevar al cine posteriormente, como si fuera resultado de un impulso cerebro-espacial de las grandes productoras de esta industria monumental del celuloide, demostrando con ello poca independencia de ideas y lo que es aún peor, pocas ideas. Ya nos tragamos doblete, simulando un concurso de “premio para el mejor”, con Cristóbal Colón, las amistades peligrosas de franceses de época, la traumática vuelta de la guerra de Vietnam, los atentados a la World Trade Center, o el mundo de la magia, a los que hay que añadir las dos versiones que se preparan sobre Coco Chanel.
Pasado poco más de un año del estreno de Capote, de Bennet Miller, llega a las pantallas su otra media naranja, Historia de un crimen, título un tanto mediocre sustitutivo del original Infamous de Douglas McGrath. Ambas son adaptaciones sobre un momento clave de la vida del escritor Truman Capote, el del crimen acaecido en un tranquilo y perdido pueblo de Kansas y que le llevó a la creación de su novela estrella, «A sangre fría». La película de resonancias más graves, de Miller, se basó en la biografía de Gerald Clarke, mientras que la de McGrath se ha basado en una fuente, diríamos, más dicharachera de George Plimpton, compuesta de remezclas de opiniones, no sólo de amistades cercanas, también de conocidos más distantes y frívolos, a través de una serie de entrevistas y discursos, en los que no faltan cotilleos que nunca sabremos si son producto del engorde de cada boca por los que han pasado. Y a pesar de estas dos piezas servidas con meses de diferencia, no nos quejamos de empacho, porque ambas son excepcionales. Lo que parece claro es que el estreno adelantado de una sobre la otra, ha supuesto un beneficio claro para la primera, Capote, que se ha llevado todos los beneplácitos, dejando las sobras (eso sí, repletas de buena crítica) a la segunda.
Confieso que se me ha hecho más verdadero el Infamous de Douglas MacGrath, quizá por varias razones, la elección de un buen (y experimentado) elenco de actores donde aposentar a todo ese grupo de “correveydiles” entre los que el escritor gustaba pasar información privilegiada. Añadir a esto los anecdóticos detalles que marcan de emotividad todo el conjunto, además del extremo cuidado puesto en la ambientación y parafernalia del entorno social y privado de Truman Capote, con una fotografía y música vivas y chispeantes.
Bien que algunos de estos actores tienen un papel mínimo, dado el caso de Gwyneth Paltrow, marcado por un matiz adorable que da un arranque de gran encanto a lo que vamos a ver en las casi dos horas restantes y que resulta, cuanto menos, profético. El Truman de Historia de un crimen, el genial y versátil actor teatral Toby Jones, es absolutamente adorable y algo más ingenioso, divertido y ratoncito que el más contenido y punzante Hoffman-Capote de Miller. Lo dicho no desemboca en una rivalidad entre películas, más bien se complementan para redondear aún más las razones que dieron lugar (durante al menos cinco años) a la creatividad de ese estupendo volumen de no ficción pero con un casi ficción. Y de tal manera se coronan una con la otra que allí donde una demuestra cierta laxitud, la otra se vuelca brillante, y donde la segunda peca de escasa información, la otra aporta más amplitud de miradas, caso de los viajes a Europa de Capote, y la ayuda legal a los presos.
El ritmo narrativo de Historia de un crimen es uno de sus mayores logros, pasando del drama y la sobriedad de Kansas, a la centelleante y burbujeante vida social de un intelectual en la gran manzana, de fiesta en fiesta, muy en la onda de su Desayuno en Tiffany’s. Sandra Bullock sorprende (esta chica cuando quiere sabe actuar), está muy correcta en el personaje de la escritora Nelle Harper Lee (Premio Pulitzer por Muerte de un ruiseñor y como si hubiera sido objeto de una maldición salida del caso Kansas, fue incapaz, al igual que Capote, de escribir otra obra de importancia), gran amiga del escritor que le acompañó y ayudó en las investigaciones sobre el crimen. Destaca, a su vez, la actuación de Daniel Craig, muy alejado del figurines James Bond, convenientemente configurado para dar credibilidad física a uno de los asesinos, Perry Smith, el que influyó de una manera muy ambigua en Capote.
Así las cosas, este filme resulta más rico, más creíble, más terrenal, dentro de un marco muy clásico a lo hollywoodense brillo de estrellas. Como le dice Nelle a Truman, la diferencia está en el casi, cuando éste confiesa su idea de escribir un nuevo tipo de narrativa que sin ser ficción, pero tampoco hechos reales, se conforme en una casi realidad. Un casi creado de lo que su memoria no pudo retener en las conversaciones, extraído directamente del lado de las sensaciones y emociones.
Una buena opción a elegir y si se conjuga con el DVD de Capote, la inmersión en este escritor es completa.
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