Michael Moore y su canal de Youtube
«Creo que compartir es algo bueno. Recuerdo la primera vez que me pasaron una cassette de una banda llamada The Clash. Me convertí en un fan de The Clash y compré sus álbumes después de eso, fui a sus conciertos y les di mi dinero, pero primero lo tuve gratis”, mencionó en una conferencia de prensa para presentar SiCKO en Nueva York.
Todavía recuerdo cuando una versión muy enojada del baterista de Metallica recorría cuanto medio pudiese para denunciar que le estaban robando. ¿Quién era el responsable? Pues un recién inaugurado servicio llamado Napster. ¿Quienes eran los cómplices? Nada menos que un enorme puñado de seguidores de la banda de metal que, tras años de consumir su música y sus conciertos, habían decidido cometer el enorme pecado de compartir canciones entre sí.
Los fans, nada estúpidos, comprendieron que de hecho la preocupación del músico no venía porque estaba perdiendo dinero (que no le faltaba, para nada), sino más bien a que estaba dejando de percibir algunos millones de dólares extras, que mal no le caían. ¿El resultado? Una justa y bien mandada a freír monos por parte de los seguidores, quienes no dudaron en darle la espalda a la multimillonaría agrupación.
Cómo ha cambiado el mundo ¿cierto? Han pasado casi 8 años desde el suceso Napster y ahora hay decenas de servicios para poder compartir archivos, y son casi una parte esencial de nuestra vida diaria. Lo mismo con Youtube. Es gracioso como, hasta hace muy poco, artistas, medios y empresas se quejaban de que la popular página de videos incitaba a la pirateria, dejando que numerosos y entusiastas usuarios cuelgen extractos de películas, videoclips, programas de TV, etc.
¿Que ha pasado ahora? Pues esos mismos artistas, medios y empresas han creado su propia cuenta de Youtube, porque -aunque siempre fue obvio para todos- han caido en cuenta que la megavisitada web les da pantalla, presencia. Mejor aún, que es más probable que el gran público se entere primero vía internet acerca del producto que tienen para ofrecernos, en esta época que las páginas como la mencionada han hecho que muchas personas se alejen de la TV.
Por eso -y muchas otras cosas, como su primer programa televisivo TV Nation, que pueden encontrar en Youtube, ja- Michael Moore es un tipo sensato, y hasta divertido. No presta mucha atención a todo ese embrollo de los derechos de autor, y está contento con que su última cinta, SiCKO, esté dando vueltas por Youtube, Google Video y la mismísima Mula.
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