Actualización: 7 de octubre de 2010. LA NOTICIA DEL AÑO: ¡¡MARIO VARGAS LLOSA GANÓ EL PREMIO NOBEL DE LITERATURA!!
Del baúl de los recuerdos, rescatamos extractos de una extensa entrevista que dio Mario Vargas Llosa en 1969 a los redactores de la revista peruana Hablemos de Cine, donde el escritor desgrana sus cinefilias y cinefobias, y recomienda con fervor el buen mal cine mexicano.
En ClubCultura pueden leer las críticas de cine que escribió en su juventud para el diario Extra bajo el seudónimo de Vincent N.
Una pasión sin culpas
Yo soy un fanático del cine desde chico, pero soy un profano total. Me abandono totalmente a la película y pierdo todo sentido de crítica formal. Y mis gustos cinematográficos para muchos amigos míos son totalmente risibles. Por ejemplo, me gustan mucho los westerns. Hay amigos que no entienden mi afición por el western.
Godard
Me interesan algunas cosas de Godard y otras no me interesan nada. En general sus últimas películas me irritan mucho. Me parece que se ha quedado en una especie de juego brillante. La última película suya que realmente me interesó fue Pierrot el loco. Me interesó mucho esa descripción de cierto tipo de alienación. Es algo que ya se veía más o menos en Una mujer casada, cierto tipo de alienación.
Cine y literatura
No creo que el cine haya sido un gran creador de formas narrativas. En realidad, en ese sentido el cine es muy parasitario.
En toda la novela clásica uno ve narrar, incluso dentro de una misma frase, dentro de un mismo movimiento de lenguaje, cosas que ocurren objetivamente, cosas que ocurren en la mente de un personaje, y de fundir también dentro de una misma narración, cosas que ocurren en el presente, en el pasado o que van a ocurrir en el futuro (en el Amadis de Gaula, por ejemplo), y todo eso está mezclado en una misma fluencia narrativa. Para un lector del siglo XV o XVI era algo normal, estaba familiarizado con ese tipo de narración. Y se podrían dar muchos otros ejemplos: el procedimiento de los datos escondidos, por ejemplo, eso de narrar por omisión, mediante silencios, de ocultar los datos esenciales. Eso que hace tanto el cine es también una forma vieja de narrar.
Me parece que en ese sentido el cine no está independizado totalmente de la literatura. No estará independizado mientras no pueda liberarse de la palabra y el diálogo.
A mí me dijo Buñuel una cosa muy divertida: que nunca filmaría una buena novela, porque considera que es imposible hacer una buena película de una buena novela. En cambio, las malas novelas eran un magnífico material para hacer buenas películas. Él, por ejemplo, es una novelita ridícula, o Belle de jour.
Profesión: guionista
No me ganaría la vida haciendo guiones. Yo sé que es una experiencia un tanto monstruosa, que todos los escritores que lo han hecho han quedado traumatizados. Pero es muy distinto hacer de vez en cuando un guión, si realmente hay la posibilidad de trabajar con cierta libertad, y hacer lo que a uno le interesa hacer en cine. Pero ustedes saben que profesionalmente, eso es imposible. Los escritores que hacen guiones así se sienten muy frustrados. Es el caso de García Márquez que tuvo siete años como guionista.
Cine mexicano
A mí el mal cine mexicano me divierte. La mala literatura, la sub-literatura no me divierte, me irrita y me exaspera. En cambio, el mal cine, seriamente malo, cuando la película es totalmente sensiblera, truculenta de principio a fin, me divierte mucho. Cierto cine mexicano lo extraño en Europa, y cuando vengo a Lima, voy a buscarlo, incluso a cines malísimos. Es un tipo de placer un poco perverso. Hay malas películas que recuerdo a veces con mayor precisión y detalle que algunas buenas. El tiro del amo, por ejemplo, es un melodrama mexicano tipo, donde los defectos han sido llevados a un extremo tal, a una apoteosis tal que se han convertido en virtudes.
Edward Dmytryk
Un verdadero creador se sirve de todo, y los verdaderos creadores demuestran que no hay materiales innobles para la creación. Todo puede ser útil y eficaz para crear un mundo válido si se tiene talento y se sabe usar ese material. Dmytryk, por ejemplo me parece un caso de genialidad porque respeta las leyes del western tradicional, no las viola nunca, y consigue una profundidad increíble. Warlock (Pueblo embrujado), por ejemplo, me parece una obra maestra.
Hitchcock
No me gusta. Yo tengo que creer en las historias. Tanto en las novelas como en las películas, tengo que creer en lo que pasa y entrar en el juego. Si no entro, no me interesa. Entonces esas películas de Hitchcock que son tan intelectuales, donde es imposible entrar, y además él no quiere que el público entre -quiere que las vea a distancia, que las siga intelectualmente- no me interesan.
Hablemos de Cine nro. 52. Marzo – Abril 1970
Entrevistan: Isaac León Frías y Juan M. Bullita
Foto: Memorias de una pasión, de Domingo Tamariz, Lima 1997.
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