Alberto Fuguet sobre el cine en América Latina


Alberto FuguetEl escritor y/o director de cine chileno Alberto Fuguet tiene interesantes cosas que decir sobre el cine en nuestra región, el trabajo de un guionista y la industria cultural en general. Lo leí en una entrevista publicada en El Dominical de El Comercio:

Ese vacío de comunicación cultural puede subsanarse a través de un lenguaje como el del cine, que llega a millones de personas. ¿Es suficiente para ello el «cine de autor»?
-En cada uno de los países relativamente medianos de América Latina hay un «cine de autor», el que responde, por supuesto, a dicho autor y a la influencia que su país y cultura le otorgan. En ese sentido, Francisco Lombardi sería distinto a Lucrecia Martel en Argentina. En estos países medianos hay cine industrial sin ningún valor, que considero peor que el norteamericano. Este cine está hecho solo para ganar dinero y está mirando más hacia la pantalla de televisión y los suplementos de espectáculos. Son películas que muchas veces funcionan bien en sus países de origen, pero no son capaces de cruzar la frontera. El único cine que es capaz de hacerlo es el «cine de autor».

¿Qué cambios culturales observas en América Latina?
-Entre esos cambios, observo que el lector puro, el lector serio, es una persona que no le interesa los otros medios de comunicación, como el cine. Pueden, incluso, mirar en menos estos medios. Pero bien, lo que sí creo es que a la gente que le gusta el rock o los dvd, o que son expertos en Internet y navegan mucho, que queman películas y van a Polvos Azules, o los que chatean, todos ellos, son lectores y si no lo son, podrían serlo. Son lectores potenciales. Es gente que revela a la industria cultural que está hambrienta de alimento artístico o de espectáculo.

¿Cuál es el camino para que un guionista vea realizada su película y esta no termine como un libro de cuentos o una novela corta?
-No tengo tan claro ese camino. La palabra guión no la entiendo muy bien. En el cine de nuestros países no hay realmente guionistas, siempre éstos estarán bastante cerca de la película final, como en el caso de Giovanna Pollarolo. El anonimato sí ocurre en la industria de la televisión, donde los guionistas ni siquiera se conocen entre sí, casi todo es por Internet; esto es, no conocen al director ni al productor, o prefieren no conocerlos.

¿Los guionistas tienen futuro en sociedades como las nuestras?
-Creo que un guionista, insisto, tendrá que ver con la producción, aunque lo ideal es que el director haga su propio guión o lo haga con alguien muy cercano. Pero antes de ponerse a escribir debe tener claro con cuánto dinero cuenta. Hay que ser realistas. El modelo que debemos seguir es el europeo, del tipo de la nueva ola, hacer películas como un Truffaut colombiano, un Rommer peruano; lo que pasa es que la gente le tiene miedo a eso, porque cree que se debe llegar a todo el mundo. Me parece que el cine y la literatura no son masivos, y eso hay que tenerlo claro. Hay algunos libros o películas que son muy masivos, pero tú te das cuenta, incluso en las películas que llegan a la cartelera, que los filmes chicos se van rápidamente y luego tienen una vida en dvd, o en el cable o en la señal abierta; pero las películas grandes que arrasan y duran tiempo en la cartelera son los blockbusters.

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