Ayer decidí ir al cine, la verdad es que hace algún tiempo no había ido al cine en día de espectador, me la he pasado viendo «pelis» en DVDs o en algún cineclub. Al comprar entradas no había mucho de donde elegir, la cartelera tiene pocas cintas interesantes que ofrecer y está saturada por Los 4 Fantásticos y Silver Surfer, que comienza función cada media hora en todos los cines de Lima. Así que, sin más y con la actitud de no encontrar una obra de arte, entré a ver a La Mole y sus amigos. Pero, de la cinta hablaremos, luego en otro post, si hay ánimos.
La sala, para variar, estaba repleta, pero todavía podía ubicar buen sitio – al medio, en el tercer tercio de la sala -, comenzaba la proyección con los tráilers de ley: Transformers, Ahora son 13 (Ocean’s 13), Harry Potter, Los Simpson, uno nuevo de Alpamayo que no había visto, uno de gaseosa, otro de seguros, de una universidad, de una marca de autos… Espera, ¿no estaba en el cine? ¿Por qué estoy viendo publicidad de TV antes de una película? De una película por la que, además, pagué.
Los tráilers son parte del negocio y sirven para informar de las películas que vienen a la cartelera próximamente. Pero, la publicidad se convierte en un abuso, uno no la ha pedido, no subvencionan el costo de la entrada, y llegan de contrabando al espectador, ¿no es eso «pirata»? Al final, entre unos (tráilers) y otros (comerciales), sumaron quince minutos de puro consumo y espera gratuita. Claro, coronado con el 20 Pirata, esa propaganda moralina que arranca más risas que culpas hablándonos de la piratería. Como los cines quieren que lo veamos de todas maneras, aquí lo tienen, con las risas del respetable incluidas:
Es curioso, en un momento clave de la cinta, Silver Surfer le dice a los 4 fantásticos: «Uno siempre puede elegir». Claro, uno puede elegir todo, menos que película ver cuando en cartelera, hay un blockbuster que sale del horno, cual combo, cada media hora. Un blockbuster que se ha engullido medio millón de dólares en su primer fin de semana en Perú, a pesar de la piratería. Piratería, por la que me debo sentir mal, por dejarme elegir otras opciones para ver. ¿Curioso, no?
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