Shrek, the Third
Dir. Chris Miller | 103 min. | EE.UU.
Intérpretes: Mike Myers, Eddie Murphy, Cameron Diaz, Antonio Banderas, Rupert Everett, Justin Timberlake, Julie Andrews, John Cleese, Eric Idle, Cheri Oteri, Amy Poehler, Maya Rudolph, Amy Sedaris, John Krasinski, e Ian McShane.
Productores Ejecutivos: Andrew Adamson and John H. Williams.
Estreno en Perú: 14 de junio de 2007
La última película del ogro verde tiene más de éxito comercial y de situaciones forzadas poco originales antes que el encanto, diversión y originalidad que gozó en la primera entrega hace ya 6 años. Esta vez, la cinta se dedica a prolongar una historia que regresa al cuento de hadas más convencional con el cual nos inunda el cine americano. La franquicia pierde su fuerza creativa por concentrarse en dar protagonismo a los personajes secundarios como el Gato con Botas, Burrito o el mismo Príncipe Encantador.
Un cuento conocido
Siempre ha sido difícil para los guionistas obtener buenos resultados en las secuelas. Nunca logran generar el mismo feeling, conectar de la misma manera y sobre todo delinear la historia para que tenga una continuidad no planeada al realizar el primer guión.
Si bien Shrek le da una vuelta de torta al cuento tradicional, las secuelas se dedican a prolongar una historia que regresa a esa linea del cuento de hadas tan insoportable con las cuales nos inunda el cine americano, y pierde su fuerza creativa por concentrarse en dar protagonismo a los personajes secundarios como el Gato con Botas, Burrito o el mismo Príncipe Encantador (creo no equivocarme al pensar que esto se debe más a afinar sensibilidades para nuevos proyectos individuales, como el que ya tiene en camino Antonio Banderas y su Gato con botas).
En la tercera entrega de Shrek (Shrek the Third, 2007) el aspecto del guión es el principal problema. Los guionistas Jeffrey Price y Peter S. Seaman tratan de crear un reino formal donde tener a todo el universo animado y ese es su mayor problema, darle protagonismo dentro de una película a personajes que deben estar fuera o que no tienen relevancia en el relato. Se extrañan, además, esas clásicas referencias fílmicas que nos cautivaron en la primera película y que, aunque fueron muchos en la segunda, han sido un sello de marca en el universo Shrek que ha funcionado bastante bien.
La historia tiene muchos giros y muchas situaciones que le otorgan agilidad y acción al relato de más de hora y media, sin embargo las resoluciones a los conflictos son muchas veces excesivamente rápidas, y sólo alargan el esperado final de la historia principal: la vuelta a casa de Shrek y su familia y el respectivo happy ending de cuento de hadas que se repite tal cual al de la primera película.
Aun así, hay que rescatar al ogro verde dentro de esta tercera puesta en escena. El personaje de Shrek crece y es el que mayor riqueza tiene a lo largo de la historia – qué pena que los guionistas hayan dejado de lado a su personaje principal -. El cambio de personalidad del ogro al enterarse de su posible nueva vida como padre de una criatura y los sueños recurrentes que tienen es lo mejor de la película, su crecimiento personal y sus cuestionamientos a través del metraje son los que hacen que nuestro amigo verde llegue a ser un personaje «de carne y hueso».
Shrek es el único que camina a gusto en la película, ya que sólo él logra un crecimiento personal en el largo viaje de estos tres filmes que han logrado encandilar a grandes y chicos. Pero, como apunta la taquilla, Shrek no ha cerrado del todo la puerta de los cuentos animados; simplemente a comenzado una nueva etapa como padre de familia y es posible que nos lo encontremos en nuevas situaciones en una cuarta entrega donde, esperemos, no le roben el protagonismo.
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