No necesitábamos diálogos. Teníamos rostros. Pero ya no quedan rostros como esos. ¡Esos productores, esos imbéciles! ¿Acaso no tienen ojos? ¿Se han olvidado cómo es una estrella?
Alucinada Norma Desmond, en la piel de la inmensa Gloria Swanson,
en Sunset Boulevard (1950), obra cumbre de Billy Wilder
sobre «el crepúsculo de los dioses» del Hollywood silente.
(Vía El Glamour De Margo)
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