Fanny och Alexander
Dir. Ingmar Bergman | 188 min. | Suecia – Francia
Intérpretes:
Ewa Fröling (Emelie Ekdahl), Bertil Guve (Alexander Ekdahl), Pernilla Allwin (Fanny Ekdahl), Jan Malmsjö (Pastor Edvard Vergerus), Gunn Wållgren (La abuela; Helena Ekdahl), Allan Edwall (Oscar Ekdahl), Jarl Kulle (Gustav Adolf Ekdahl), Mona Malm (Alma Ekdahl)
La actriz retirada Helena Ekdahl celebra las navidades en 1907 junto a su hija, Emelie y el esposo de éste, el director teatral Óscar y sus hermanos Gustav Adolf, dueño de un restaurante y Carl, un profesor universitario endeudado; con sus respectivas parejas. Fanny y Alexander son hijos de los Ekdahl. Oscar cae enfermo durante un ensayo de Hamlet y muere; su esposa conoce al pastor Edvard Vergerus, quien la consuela y se casa con ella. Aquí empezarían los problemas para ellos.
En esta notable película Bergman ha hecho una especie de resumen de toda su obra, planteando las problemáticas acostumbradas en su filmografía, pero con un tratamiento más bien popular y ameno, pese a su extraordinaria duración. Pertenece a ese género de obras densas y de una experiencia depurada, pero al mismo tiempo sencillas y conmovedoras.
Sólo podemos limitarnos a la estructura general de este vasto filme de Bergman que equivale, en su filmografía, a lo que Amarcord representa para Fellini. En ambos casos se trata de historias familiares un poco extravagantes, autobiográficas y contadas desde el punto de vista (en Fanny y Alexander) de un niño o (en Amarcord) de un adolescente. Fuera de esto, ambos relatos (y familias) son totalmente diferentes, tanto como lo pueden ser Suecia de Italia; aunque hay un punto de contacto estilístico, un toque fellinesco en el filme de Bergman, gracias a un delicioso episodio que involucra el trasero de uno de los tíos de los pequeños protagonistas y unas velas.
La película consta de cinco partes. La primera es muy extensa y cubre casi la mitad del filme. Esta primera parte está precedida de una introducción y admite una división tripartita. La introducción, en que vemos a Alexander bajo una mesa, cierra también la película. La primera parte comienza con una gran fiesta de navidad, luego de los cual siguen una serie de secuencias basadas en diálogos de parejas y culmina con el funeral del padre de Fanny y Alexander. La primera subparte presenta a todos los personajes del entorno familiar de los protagonistas, y al teatro. La segunda subparte sigue a la fiesta y contiene una serie de secuencias destinadas a mostrar diálogos de parejas y un adulterio. Aquí conocemos distintos tipos de relaciones de parejas (ya vistas en otros filmes de Bergman), conversaciones ora encantadoras, ora tristes, pero siempre fascinantes. La tercera subparte es precedida por los ensayos teatrales y la muerte del padre de los protagonistas (en escena) Aquí se incluye también las ceremonias fúnebres. En la primera y tercera subparte aparece el teatro como referente de importancia para los personajes; mientras la segunda subparte se inicia con un episodio de la proyección de un filme de ocho milímetros, indicios del las futuras ocupaciones del director. Aquí se exaltan la magia, la fantasía, la memoria y el sueño.
Esta parte podría tener tres tempos musicales: primero Marcha triunfal, segundo Moderato, y tercero marcha Fúnebre (de Chopin en este caso). Pero esto es solo el bloque de presentación de los personajes (e incluso no de todos). Como siempre en los filmes de Bergman, prima la iluminación en base a colores fuertes. El rojo el dorado para las grandes ceremonias festivas. Una penumbra más matizada para las cortas secuencias nocturno-infantiles. Los diálogos vuelven a los tonos iniciales y las secuencias en el teatro y los funerales tienden a penumbra y oscuridad. Este contraste entre lo luminoso y lo oscuro es una constante en la obra del famoso director sueco, así como su preferencia por los colores fuertes.
Después de esta grandiosa y desproporcionada introducción sigue una especie de intermezzo en que se presenta al Pastor Edvard Vergerus con quien se va a casar la viuda. En esta parte se produce la boda y se presenta a los familiares directos del Pastor. La casa del Pastor marca la tendencia lumínica hacia un blanco frío y fuerte, casi conventual.
La tercera y cuarta partes son más complejas como parecidas estructuralmente. Ambas están construidas en base al montaje paralelo. En la tercera parte se contrapone el conflicto de Alexander con su padrastro (tonalidades blancas muy fuertes, fías, barrotes en las ventanas y situación de encierro), de un lado. Del otro tenemos una serie de episodios que ocurren post-mortem (y oníricos) de la abuela con sus familiares (tanto los fallecidos como los que sobreviven). Aquí la iluminación también es blanca y de colores claros pero iridiscentes; se contrapone el encierro de Vergerus con la libertad de la vida familiar gozada y mostrada en la primera parte de la película. Asimismo, sugiere la oposición entre la libertad del arte y la censura o represión (en este caso, religiosa). Esta parte se resuelve con la huída de Fanny y Alexander de la casa de Vergerus, a causa de su maldad (y la de su familia).
La cuarta parte presenta también un montaje paralelo: de un lado los protagonistas se refugian en casa del al anticuario judío, Isak Jacobi (convertido en amante de Emilie) y, de otro, la historia de la madre que quiere librarse de Vergerus y termina envenenándolo. La parte más hermosa transcurre en casa de Isak, donde Alexander por fin puede hablar con su padre (ya lo había visto en el funeral, y en la segunda parte), así como también habla con Dios. (No olvidemos que en los filmes de Bergman aparecen y reaparecen personajes fallecidos con la mismo libertad con la que figuran cuando estaban vivos.) Hay asimismo el reencuentro con el arte dramático a través de los títeres de los judíos (nuevamente, el teatro) y el episodio con el encerrado el andrógino Ismael. Por el otro lado tenemos los sufrimientos de la madre de Alexander con Vergerus, su envenenamiento y la muerte casual (incendiada) de una de sus hermanas; escena sin duda cumbre y espectacular en la película. Aquí los contrastes lumínicos son más variados. Las tonalidades oscuras se relacionan con el refugio judío y se contraponen al blanco pálido, calvinista, de la casa del Pastor, aunque al final volvamos a los tonos llameantes y rojizos al comienzo.
Esta tercera y cuarta parte podrían constituir una fuga en dos secciones sucesivas y que irían in crescendo por el lado dramático (conflictos de los niños con Vergerus y luego de su madre con el pastor); contrapunteando en cada caso por acotaciones mágicas y/u oníricas, hasta llegar al mencionado finale con fuoco.
La quinta parte es la de los felices desenlaces, aunque la secuencia final nos muestre al difunto Vergerus castigando a Alexander. La vida continúa y vemos el bautizo de un recién nacido, producto de las relaciones entre Gustaf y la niñera Maj. Sabemos que el filme de Bergman es autobiográfico e incluye diversas intrusiones de las problemáticas que trata en sus filmes; el matrimonio o la pareja, Dios, la muerte, etc. En cuanto a lo autobiográfico tenemos en primer lugar el odio a su padre (que también era Pastor), su relación con el teatro (por su familia y también individualmente: los títeres), con el cine (que en la primera parte aparece relacionado con la muerte, y que antecede la del padre), etc. La música, como siempre en los filmes de este director, es puntual: piezas de Britten, Schumann y Chopin marcan momentos especiales en la película. También es posible encontrar elementos formales que se reiteran en sus últimos filmes. Fanny y Alexander es una de las películas más importantes del cine contemporáneo.
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