Cuando recién asimilábamos la gigantesca pérdida del maestro sueco Ingmar Bergman, ya había una desaparición más que lamentar, pero de inmediato, la despedida de otro enorme cineasta nos conmovía y tomaba desprevenidos, la del italiano, también maestro, Michelangelo Antonioni. Pues bien, no queremos tardar más en dedicar unas líneas al actor francés Michel Serrault, quien falleció el domingo a los 79 años de edad.
Nacido en Brunoy, Essonne, el 24 de enero de 1928, Serrault, que en su juventud se había preparado para ser sacerdote, fue uno de los actores más prolíficos de Francia, acercándose al centenar y medio de películas en el transcurso de más de medio siglo de carrera. Trabajó con destacados cineastas, como Henri-Georges Clouzot, Sacha Guitry, Roger Vadim, Edouard Molinaro, Claude Chabrol, Claude Sautet y Régis Wargnier, entre otros.
Existen dos películas, completamente distintas entre sí, por las que lo recordamos principalmente: una es la disparatada comedia La jaula de las locas, de Edouard Molinaro, donde encarnó a un desenfadado homosexual, al lado del notable Ugo Tognazzi. El éxito del filme convirtió en un rostro popular a Serrault, lo que prácticamente le significó empezar en 1978 la segunda etapa de su trayectoria.
La otra es Nelly & Monsieur Arnaud (1995), que se estrenó en Lima como El placer de estar contigo. Es una delicada pieza de Claude Sautet, nada menos que su última película, en la que Serrault hizo excelente dupla con la hipnotizante Emmanuelle Béart. La inspiración de ambos y la dirección de filigrana de Sautet labraron uno de los cuadros íntimos más bellos y entrañables del cine francés contemporáneo, dibujando una relación platónica y silenciosa, con trasfondo de paternidad simulada y romance imaginario.
En los últimos años, Serrault actuó en películas como La alegría está en el campo, Artemisia, No va más y La fortuna de vivir. Adiós, Monsieur Arnaud.
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