Dir. Manuel Pérez Paredes | 135 min. | Cuba
Intérpretes:
Rolando Brito, Blanca Rosa Blanco, Larisa Vega Alamar, Enrique Molina, Carlos Enrique Almirante, Gilda Bello, Raúl Eguren, Maria Elena Molinet
Festival de Lima: Sección Oficial Ficción
A través de una trayectoria personal, Páginas del diario de Mauricio intenta la fotografía certera de los tiempos recientes de Cuba, asaltada por la agudización del aislamiento internacional, huérfana ya de la extinta Unión Soviética, y de la perseverancia en el régimen castrista. Podría haber funcionado como un espejismo de Memorias del subdesarrollo, la obra maestra de Tomás Gutiérrez Alea de 1968, pero está absolutamente desprovista de su pulcritud expresiva y la lúcida mirada de su época.
Pérez Paredes hace una película redundante, a la que los 135 minutos de metraje resultan excesivos, pero que se complace en colmarlos de diversas experiencias vitales del protagonista, un hombre maduro que llega a los sesenta años agobiado de inquietudes y soledades, entre la separación de su esposa, la viudez de la segunda pareja y los vaivenes de sus lazos paternales, entre lejanías y cercanías físicas y anímicas.
El problema principal es lo farragosa y evidente que es la intención del director de poner en la pantalla a un cubano entrado en años y debilitado, que machaconamente propugna la necesidad de quedarse en la patria y reprochar a quienes no lo hacen. El competente actor Rolando Brito sostiene su propia dilatada presencia, en un transcurso de doce años, pero el filme envejece con él y pierde interés. De esta manera, Páginas del diario de Mauricio comparte la medianía habitual de los tiempos ya no tan últimos del cine cubano.
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