Mis padres eran perfectos. Nunca se peleaban. Nunca alzaban la voz. Me avergonzaba tener una familia así. Casi era un trauma. Yo quería que en mi vida ocurrieran sucesos extraños. Sabía que nada era lo que parecía, ni en mi casa ni en ningún otro lugar. Tenía esa certeza, mejor dicho, esa impresión. Pero no conseguía probarla.
David Lynch, describiendo su infancia en artículo publicado en Revista Fantastique
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