El debate abierto hace algunas semanas por el afiche del Festival de Lima se convirtió en una nueva demostración del poder de los blogs. Gracias a un video colgado en La habitación de Henry Spencer, la citada pieza gráfica causó todo un revuelo en los medios de comunicación y convirtió este evento cultural en motivo de debate público. Queremos hablar de este tema y de otros conexos, que salen como resultado de una conversación abierta al interior de Cinencuentro y puntualizar algunos aspectos que no hemos tocado antes.
El discreto encanto de la conversación
El comentario sobre el afiche fue de Alfredo Vanini, programador del cineclub de la Biblioteca Nacional, y no hubiera pasado de una conversación más, grabada por una cámara doméstica, si no fuera porque fue puesto en un punto de la blogósfera. Incluso en un punto de antena muy corta. Bastó eso para que la conversación, de un día para otro, se diseminara por la red y llegara a generar todo un revuelo entre bloggers interesados en temas de actualidad y la comunidad cinematográfica peruana, alcanzando luego repercusión en distintos medios de comunicación tradicional.
Lo interesante es cómo dos ciudadanos comunes y corrientes colocaron un tema que afecta directamente a todo un colectivo, tema que encontró múltiples réplicas casi inmediatamente (en lo que se conoce como “efecto viral”). ¿Puede haber algo más democrático y participativo? Saltándose por encima a los gatekeepers de los medios de comunicación tradicionales (televisión, diarios, revistas y hasta radios), un pequeño medio unipersonal pudo obligar a esos medios a ocuparse de un asunto cultural, que nos compete a todos los peruanos.
Esta coyuntura nos obliga a preguntarnos sobre la esencia de nuestro trabajo como «nuevo medio», como blog -al igual que La habitación de Henry Spencer-. Es más, Luis Carlos Burneo es parte de Cinencuentro y como tal la publicación del video no nos era desconocida. Todos estos elementos, más las opiniones de terceros, nos llevan a puntualizar la naturaleza del esfuerzo en que estamos inmersos. Luego de dos años y medio de existencia es algo que sentimos necesario decir.
Una nueva forma de comunicar
Lo fascinante del fenómeno bloggero es que la blogósfera (como la red) es de todos y de nadie. Somos una comunidad de ciudadanos que nos representamos a nosotros mismos. Ciertamente muchos tenemos personería jurídica y seguimos las normas éticas del sano periodismo y, salvo quienes indican lo contrario, la mayoría de blogs no representan a grupos de poder político, económico ni confesionales. Se trata de un fenómeno social cuya base es la tecnología, que hace posible su existencia y soporta la inmediatez, cobertura e impacto social del medio. Desde este punto de vista, representa también un paso adelante como organización de esa vasta cantidad e información existente en la red; paso que conduce a la especialización, es decir, la organización por áreas de interés de la información existente.
Aparte de la vasta cantidad de blogs personales, existen los blogs temáticos. Dentro de estos estamos los blogs de cine, que formamos una red social, donde cualquier persona puede participar como y cuando quiera –como ocurrió con Alfredo Vanini–. La ventaja es que la red organiza data especializada, en este caso, sobre cine. Es también una alternativa para periodistas y críticos que ven limitado su trabajo en la prensa escrita u otros medios por razones de espacio y hasta de opinión; y a los que un blog les da la oportunidad de escribir e interactuar con sus lectores.
Dicho esto, asumimos que los blogs son conversaciones, cuyo alcance y características están determinados por los que intervienen en esa conversación.
En suma, vemos que los blogs son parte de una creciente democratización de la comunicación. Una ola que trae consigo cambios culturales bajo el signo de una mayor transparencia, libertad e igualdad. Ciertamente, eso asusta un poco. Un poder sin control alguno suena misterioso y hasta peligroso. Más aún, cuando vemos que hay blogs anónimos que propalan chismes y que se enzarzan en debates personales o irrelevantes. Lo cierto es que todo nuevo medio de comunicación se ha enfrentado a estos problemas desde sus inicios e, incluso ahora, siguen padeciéndolos; basta ver la prensa chicha y algunos sintonizados programas de televisión. Sin embargo, al mismo tiempo, los blogs vienen colocando temas importantes en la política y la cultura; y en el caso que comentamos sirven de canal para la expresión de reivindicaciones, que no por simbólicas dejan de ser reales (o referidas a hechos sociales). Es más, los propios medios de comunicación tradicionales utilizan la blogosfera como fuente de información de primera mano y la citan muchas veces; como ha ocurrido también en este caso. No es para menos, ya que los blogs van formando líderes de opinión de los que hablaba Paul Lazarsfeld en su teoría de la “comunicación de dos pasos”, que sustenta hasta hoy los modernos estudios de opinión pública. Los bloggers funcionan como catalizadores de un sentimiento ciudadano que de otra manera resulta difícil expresar.
El cine respira vida por todos lados
Asumiendo ya una identidad como blog relacionado con lo cinematográfico, creemos que el cine, además de cuestiones formales, estéticas o argumentales, incluye también, aspectos políticos, sociales o culturales. Las películas son una puerta de entrada hacia distintos temas que los integrantes de nuestro blog consideramos que se deben tratar. Esa es la riqueza del cine. Basta ver las obras de cineastas como Armando Robles Godoy, Francisco Lombardi, Marianne Eyde o Palito Ortega para darse cuenta de su compromiso político y cultural con el país. Es más, hemos tenido ya debates políticos en los blogs, por ejemplo, a propósito de Madeinusa. El cine es un asunto de guiones, planos y tipos de lentes. Pero también es un asunto de miradas, plantamientos y cuestionamientos hacia todo lo que nos rodea, nos afecta o sentimos. El cine respira vida por todos lados. La frase de Godard resume mejor esta idea: «El travelling es una cuestiòn moral».
La diversidad de temas y enfoques que tocamos, responde a tres niveles de compromiso que hemos asumido. Primero con cada uno de los integrantes de Cinencuentro, pues respetamos la opinión individual de cada miembro y al mismo tiempo abrimos un espacio de conversaciòn interna para publicar entradas que van firmadas grupalmente, esta es quizás una de nuestras mayores fortalezas, sumar varias manos al esfuerzo diario, lo que nos ha permitido -por ejemplo- afrontar la cobertura de distintos festivales, ofreciendo contenidos originales de mejor valor.
En segundo lugar, hacia la comunidad cinematográfica y audiovisual peruana, donde están nuestras raíces; apoyamos con particular enfasis el surgimiento de nuevos valores -para eso creamos Cortocircuito– y las miradas que nacen fuera de Lima. También nos interesa la lucha conjunta por mejores condiciones de apoyo para la realizaciòn cinematografica. Todo esto con el convencimiento de que no todo lo peruano es bueno por definición. En suma queremos que se haga más y mejor cine.
Y finalmente, tenemos un compromiso hacia el gran número de personas que a diario vistan nuestros contenidos y que participan de la conversación mediante sus comentarios y colaboraciones en esta red social a la que estamos integrados como blog de cine. Es un público amplio, dentro y fuera del país, por ello cubrimos una vasta gama de intereses, que van desde entradas sobre Los Simpson o la saga de Piratas del Caribe hasta temas como el afiche del Festival o el incumplimiento del Estado peruano con nuestro cine, pasando por la crítica de películas, la difusión de cinematografías y directores poco conocidos, novedosos u olvidados, con lo cual buscamos que nuestro público se interese por nuevas formas de pensar el cine y vivir la cinefilia.
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