Das Fräulein
Dir. Andrea Staka | 81 min. | Alemania – Suiza – Bosnia-Herzegovina
Intérpretes:
Mirjana Karanović (Ruža), Marija Škaričić (Ana), Ljubica Jović (Mila), Andrea Zogg (Franz), Zdenko Jelčić (Ante), Pablo Aguilar (Fredi), David Imhoof (Stefan)
Estreno en España: 31 de agosto de 2007
La cineasta suiza de raíces yugoslavas, Andrea Staka, viene del mundo del corto, y ha entrado de lleno en el favor del público con su largo Fraulein (Das Fräulein), una mirada en las sensaciones, sueños y miedos de tres mujeres de diferentes edades, que deja un poso de gusto cálido tanto a espectadores hombres como mujeres.
Menos es más
He aquí un viento de refresco entre el lobotomizante celuloide imperativo del mercado, especialmente en estos meses, ecuador del año, de estrenos mediocres. Llega con la maleta a rebosar de premios principales de cuanto festival se ha merendado, Locarno, Zúrich o Valladolid, (listado de menú completo en el cartel).
Otro debut que se come elogios por todas las esquinas y demuestra que, si se busca en las salas, al margen de las vacuas explosiones de márketing que de por sí no garantizan siempre calidad, solo recaudación, hay buen e innovador cine.
La cineasta suiza de raíces yugoslavas (aunque esta denominación no se utilice ya, como se remarca en la cinta), Andrea Staka viene del mundo del corto, y ha entrado de lleno en el favor del público (exigente) con su largo Fraulein (Das Fräulein), una mirada en las sensaciones, sueños y miedos de tres mujeres de diferentes edades, que deja un poso de gusto cálido tanto a espectadores hombres como mujeres.
Pura vida arrastra la joven Ana cuando aterriza en la gélida y ordenada ciudad de Zúrich en su camino sin dirección (y sin futuro) desde Bosnia. Pura vida que generosamente reparte a raudales, lo que va desengrasando, brizna a brizna y sin quererlo, ciertos caracteres férreamente atornillados en su muralla de cien candados. Como el de Ruza.
Con frases cortas pero directas en su mensaje -Staka también ha trabajado en el guión-, un montaje de planos que enfocan hasta el punto más conceptual de los personajes conformando una información fluida y necesaria para entender, a la primera, lo que se nos insinúa sin la utilización de melodramas culebrísticos, imágenes acuñadas con ciertas brumas, y el aroma de una banda sonora que se resuelve entre los sonidos del mundo que nos rodea (a los que cada día parecemos más sordos, ¿recuerdan la música que componía con ellos Björk en Dancer in the Dark?) y las melodías más actuales de música electrónica, agarrada para acallar nuestros gritos interiores.
Ruza es una mujer de mediana edad gélida, atractiva, controladora de su mundo exterior e interior. Inmigrante de la antigua Yugoslavia se instaló en Suiza y consiguió salir adelante con férrea disciplina personal, ahuyentando todos sus miedos, y consiguiendo una independencia deseada, pero con la contrapartida de haber construido un muro infranqueable a su alrededor. Algo de lo que sabe bien su vieja amiga Mila, asalariada del restaurante que gobierna aquella con mano dura. Mila es la tercera fraulein en cuestión, instalada en sus propios sueños irrealizables para poder sobrevivir la muerte de ideales que provoca el paso del tiempo. La llegada de la fresca y natural, sincera, generosa y vivaz Ana al restaurante resquebrajará muchos tabiques de cartón-piedra. Realista y alejado de esquemas sentimentaloides es este trío de luchadoras de las que nos habla la cineasta en tan solo 81 minutos.
A Fraulein le va el calificativo de nuevo cine de autor, diferente en la forma en cuanto atrapa parte de la experiencia del videoarte, donde Andrea Staka ha resuelto una sobria puesta en escena con toda una fiesta de expertas actuaciones para nuestros ojos.
Cine testimonio de lo real -dejando a un lado toda referencia política, incluida la guerra- de lo primero y principal que nos concierne, la vida. Requiere de muy buena mano y talento por parte de esta directora, el haber conseguido entrar tan directamente en nuestro fondo con tan poco ruido y ninguna pólvora.
Corta pero intensa película que les dará para unas largas tertulias de amigos. Inteligente propuesta.
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