Entrevista a Augusto Tamayo en El Comercio

Hoy El Comercio publica una entrevista a toda página con el director Augusto Tamayo, tras el estreno de su película Una sombra al frente -que no es la «segunda película» del cineasta peruano, como indica erróneamente el encabezado de dicha entrevista-. A continuación comentó algunos extractos sueltos de dicha conversación:

Diego (Bertie) tomó como modelo a dos personajes interpretados por Anthony Hopkins, el mayordomo de «Lo que queda del día», que tiene esta incapacidad de atravesar su compostura y su deber para expresar sus afectos y el personaje principal de «La edad de la inocencia», atrapado en la coyuntura de su cultura y de su época.

Ahí debe haber un error, de Tamayo o de transcripción del diario, porque como ustedes recordarán, Hopkins tuvo el protagónico en Lo que queda del día (tremenda actuación), pero el personaje principal de La edad de la inocencia fue interpretado por Daniel Day-Lewis. Es más, en una entrevista previa aparecida en La República, el propio Diego Bertie afirma que se basó en Hopkins y Day-Lewis. A lo mejor esta confusión explicaría la pobre perfomance de Bertie. Es posible que le hayan dado las películas equivocadas…

No hago películas para agradar al crítico o para ganar un festival. Me encanta hacer cine, y llevo 30 años en eso, pero los proyectos que me quedan quiero que tengan una dimensión cultural, más allá de una apreciación meramente estética. Trato de trabajar la forma, claro, pero no me interesa hacer una película para ser apreciada solo por la crítica.

Espero entonces que, si sus películas no llegan a agradar ni los críticos ni a los jurados de festivales, por lo menos las aprecie el público al cual está dirigido. Veremos que tal le va en taquilla.

El personaje de la joven de la selva [Nidia Bermejo] es más bien resistente, creo yo. Dentro de su imagen silvestre, es dueña de su propio destino. Es más libre que Doris. Y Doris es una mujer enamorada, pero también decidida, adelantada a su época. Apenas se siente maltratada por esta aparente indiferencia, toma una decisión y se casa con el primero que se le cruza. Y sin embargo intenta seguir buscando la felicidad con Aet. El hecho de decirle «una palabra tuya y me voy contigo» le da mucho carácter. Era un enfrentamiento terrible con su sociedad. No creo (claro, puedo estar equivocado) que sean personajes débiles o sumisos.

Pienso que sí está equivocado. Por ejemplo, la sensación que me deja el personaje «silvestre» de Bermejo no es de libertad por decidir su destino. Como podría pensar eso si la chica se entrega de pies a cabeza al primer «conquistador» que aparece por sus tierras, quien le deja como único recuerdo (¿muestra de agradecimiento?) un hijo. Luego ella debe venir a Lima, seguramente porque ese era «su destino».
La limeña Doris no se queda atrás, a decir verdad su actitud va de acuerdo a las normas de la época, no está pues «adelantada» a sus tiempos. Buscarse un esposo cuanto antes, es señal de eso. Dejarlo por otro, sí demuestra cierto carácter. Aunque la frase «una palabra tuya y me voy contigo» tan solo refuerza su sumisión, esperando la decisión final del hombre.

Luego el entrevistador le pregunta por los detalles en la cuidada dirección de arte, que debe ser lo más destacable de la película:

¿Como director de arte, no se te pasó por allí algún reloj de pulsera, zapatillas, indeseables plásticos?
(Ríe) Hasta ahora no. En «El bien esquivo», hay una tapa de desagüe en uno de los conventos que cada vez que la veo me quiero jalar los pelos. Y hay un poste, a lo lejos, que, creo, nadie ha percibido pero que también se ve. En esta película, buscando en cada plano, alguno de estos días voy a encontrar algo.

Trivia: Recuerdo que durante la presentación de Una sombra al frente en el 11 Festival de Lima, Tamayo mencionó que en su filmografía siempre se incluía, de manera inexacta, el crédito de director de Ultra Warrior (1990), una cinta gringa de serie B, o fácil serie Z, producida por Roger Corman, junto a Lucho Llosa. Quizá se refería a que la dirección fue compartida con Kevin Tent, quien ahora es un editor con algunos interesantes filmes en su haber.