Rush Hour 3
Dir. Brett Ratner | 90 min. | EE.UU.
Intérpretes: Chris Tucker (Detective Carter), Jackie Chan (Inspector Lee), Hiroyuki Sanada (Kenji), Youki Kudoh (Dragon Lady), Max von Sydow (Varden Reynard), Yvan Attal (George), Roman Polanski (Detective Revi).
Guión: Jeff Nathanson y Ross LaManna.
Edición: Mark Helfrich, Billy Weber y Don Zimmerman.
Música: Lalo Schiffrin.
Estreno en Perú: 4 de octubre de 2007
Una pareja explosiva se trata de una película poco pretenciosa y muy divertida. La mecánica del guión es la contraposición de personalidades entre el payaso detective Carter (Chris Tucker) y el algo serio y reservado inspector Lee (Jackie Chan). Mientras que para el primero, la ayuda a su amigo Lee representaba una ocasión más de cortejar guapas mujeres y pasar correrías y aventuras policiales, para Lee representaba el enfrentamiento con su misterioso casi hermano Kenji (Hiroyuki Sanada), entregado a las fuerzas del mal. Una película para pasar un rato divertido, a falta de cosas mejores.
¿Quién dice que la cartelera comercial limeña es mala? Tenemos en estreno un filme con la participación ni más ni menos que de Roman Polanski y Max von Sydow. Si bien es cierto que en papeles secundarios, es evidente que ambos no lo hacen (del todo) por seguramente jugosos emolumentos, sino que la película tiene un mínimo de calidad audiovisual como para justificar las fugaces apariciones de ambos personajes. No en vano esta tercera versión de Una pareja explosiva, con mayor presupuesto que las otras dos, ocupó el primer lugar de la taquilla en su primera semana de estreno en los Estados Unidos.
En realidad, se trata de una película poco pretenciosa y muy divertida. La mecánica del guión es la contraposición de personalidades entre el payaso detective Carter (Chris Tucker) y el algo serio y reservado inspector Lee (Jackie Chan). Mientras que para el primero, la ayuda a su amigo Lee representaba una ocasión más de cortejar guapas mujeres y pasar correrías y aventuras policiales, para Lee representaba el enfrentamiento con su misterioso casi hermano Kenji (Hiroyuki Sanada), entregado a las fuerzas del mal.
Ciertamente, la trama es simple, endeble y predecible, pero lo que sostiene el filme es el humor expresado tanto en los diálogos como visualmente. Los primeros (y, sobre todo, los de Carter) se caracterizan por un humor desopilante y hasta surrealista; siendo algunos realmente ingeniosos, mientras que otros más convencionales. Algunos de ellos hacen referencia a los distintos puntos de vista sobre la violencia del cine y sociedad norteamericana y sus injustificadas incursiones militares en Irak; aunque sin mayores pretensiones críticas.
Junto a estos, destacan las escenas de persecución y lucha de karatecas que caracterizan esta serie. Dado que Chan ya está sobre los 53 años de edad, éstas han sido reducidas ya que el actor las acostumbra ejecutar sin recurrir a dobles. De hecho, sólo hay dos grandes y espectaculares situaciones, que abren y cierran el filme. La primera, una persecución en Los Angeles y la segunda, una lucha en la Torre Eiffel, en París, que concluye con un vuelo más allá del Sena. Entre ellas destacan un episodio con una academia de karatecas calichines, donde aparece como actor el jugador de básquet más alto del mundo, el chino Sun Ming Ming (2,36 mts); y la escena de Chan contra una agente del mal que casi lo clava a una puerta a punta de filosas dagas romboides. En fin, aquí se emplea toda la panoplia de instrumentos propios de estas películas de artes marciales, pero en clave de eficaz parodia.
Finalmente, hay unos divertidos detrás de cámaras que acompañan a los créditos finales de la película y donde es posible ver el accidente sufrido por Chan al caerle encima un escritorio de madera reforzada por acero; incidente que lo llevaría al hospital. En suma, una película para pasar un rato divertido, a falta de cosas mejores.
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