El cómic es el encanto espectral de esos muñecos de papel, inmóviles como marionetas sin hilos, y resulta incompatible con el cine, que tiene su seducción en el movimiento, en el ritmo, en la dinámica. Es una forma esencialmente diferente de atraer la mirada, un estilo distinto, otro modo de expresarse. El mundo del cómic podrá prestar generosamente al cine sus escenografías, personajes e historias, pero no su atractivo más secreto e inefable, que es el de la fijeza, la inmovilidad de las mariposas clavadas con un alfiler.
Federico Fellini hablando sobre comics y cine en el prólogo de Viaje a Tulum,
colaboración gráfica del genio de 8½ con Milo Manara
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