Breakfast on Pluto
Dir. Neil Jordan | 135 min. | Irlanda – Reino Unido
Intérpretes: Cillian Murphy (Patrick «Kitten» Braden), Liam Neeson (Padre Bernard), Ruth Negga (Charlie), Laurence Kinlan (Irwin), Stephen Rea (Bertie), Brendan Gleeson (John Joe Kenny), Gavin Friday (Billy Hatchet), Ian Hart (P.C. Wallis), Eva Birthistle (Eily Bergin).
Guión: Neil Jordan, basado en la novela homónima de Pat McCabe.
Edición: Tony Lawson.
Música: Anna Jordan.
Fotografía: Declan Quinn
Un director tan dinámico y con una filmografía tan variada y atractiva, como lo es Neil Jordan, dirige Desayuno en Plutón (Breakfast on Pluto), gran película que se embalsa de una perfecta armonía entre el ingenuo humor negro y el más profundo dramatismo. Cillian Murphy protagoniza la vida de Patrick ‘Kitten’ Braden. A través de un desplante de lujo, que personifica una verdadera apariencia homosexual tanto física como psicológica, realiza una sorprendente interpretación que muy bien podría convencer a cualquier abnegado que no aprecie el talento de este intérprete. Un poco de historia y perturbaciones sociales, un viaje hacia el centro del corazón, y una mágica búsqueda que se argamasa entre la inalcanzable fantasía y la agria realidad del personaje principal, condimentan la propuesta de Jordan sobre la homosexualidad y la búsqueda de la felicidad.
El argumento de Desayuno en Plutón, basado en la homónima y autobiográfica novela del personaje principal, Patrick McCabe, es un sutil y apasionante cuento narrado en treinta y tantos capítulos, muy breves todos ellos, con sugerentes y divertidos títulos que avivan el transcurso del film. Es la historia de un joven con un evidente aspecto de chica, llamado Patrick ‘Kitten’ Braden (Cillian Murphy), quién fue abandonado al nacer en la puerta de una parroquia, en un pueblo de Irlanda. Al crecer, se desliga de su familia adoptiva, y con una vulnerable pero decidida personalidad, Patrick se lanza a la vida en busca de su verdadera madre, y de paso, su identidad. Se revela frente a la salvaje Europa de los setenta tal como es (un homosexual declarado), y escudriña con el corazón abierto a cualquier ser humano que le dé amor, a quién sea que le ayude a encontrar su destino, un lugar que lo acepte en el mundo. Y si a todo esto agregamos que la trama se desarrolla en medio de guerras, violentas revoluciones y una fuerte conmoción social, el resultado se torna inevitablemente magistral.
Este gran filme, un tanto infravalorado a mí parecer, es uno de los más eficaces y mejor logrados que he visto a la hora de retratar la vida homosexual frente a un mundo insensible, y a una realidad indudablemente prejuiciosa. Sobre este tópico se han hecho muchas películas, y generalmente los resultados son realmente buenos, pero hay algo en Desayuno en Plutón que se diferencia de las demás, algo que concede más poder circunstancial al producto, y primordialmente, es la configuración que dispone Neil Jordan sobre la película.
Cillian Murphy protagoniza la vida de Patrick ‘Kitten’ Braden, y a través de una actuación de lujo, que personifica una verdadera apariencia homosexual tanto física como psicológica, realiza una sorprendente interpretación que muy bien podría convencer a cualquier abnegado que no aprecie el talento de este gran actor.
La calidad interpretativa del actor protagonista en este tipo de cintas es siempre preponderante. De no lograr una buena perfomance, el filme estaría destinado al fracaso y al abucheo absoluto. En Desayuno en Plutón, la actuación de Cillian Murphy es magnífica. La mayoría concuerda en que éste es el papel que por fin logró convencer al espectador acerca de su verdadera aptitud. A diferencia de muchos, para mí Cillian siempre ha sido un buen actor, no excelente, pero desagradable (como decían algunos) no lo era ni lo es. Ahora, con Desayuno en Plutón, Cillian se posiciona como un actor versátil, de excelente desplante en más de una faceta, y muy astuto por lo demás, al saber aprovechar de excelente forma el ambiguo rostro que lo caracteriza.
Otro de los factores más importantes en la dirección que Neil Jordan otorga a su película, es lo acertada que resulta la magnitud histórica en la cuál se sustenta. Una ambientación agridulce, que hace un muy buen uso de los conflictos acaecidos en la guerra civil que se vivía en la Irlanda de décadas pasadas. La contextualización de los temas políticos, los cuales se incrustan en una trama casi imposible de conjeturar, por la situación social de entonces, es la primordial ventaja que se deslumbra en Desayuno en Plutón, ubicando los antecedentes de esta violenta escena –auténtica- certeramente como telón de fondo.
Pero la historia de Patrick es lo esencial aquí, y se percibe además por la forma en que Jordan retrata a cada uno de los personajes que van apareciendo en la vida de nuestro protagonista conforme avanza la película, y van formando parte de su destino. Brendan Gleeson, el siempre genial Stephen Rea (notable en su papel de mago), Laurence Kinlan, un cameo de Bryan Ferry –más conocido como el eterno vocalista de Roxy Music- y otro de Gavin Friday -otro músico de escena local-, y como no, Liam Neeson, que en esta ocasión hace de “Padre” (tómese en cuenta el uso de las comillas). Cada uno de los secundarios propone una nueva aventura dentro del ilusorio mundo de Patrick, quién en más de una ocasión logra establecer los pies sobre la tierra gracias a su incondicional y eterna amiga Charlie (Ruth Negga).
Lo de la banda sonora de la película daría para un artículo aparte, pero tratando de resumir mi impresión frente a tan sublime compilado de añejas pero efectivas canciones (la mayoría de ellas con una fuerte tendencia gay) sólo diré que se trata de… sencillamente… ¡Una obra maestra de soundtrack! Además de poseer una muy pertinente elección de muy buenas tonadas, originales de Anna Jordan, tenemos temas tan gloriosos como “Sugar Baby Love” de los fugaces The Rubettes, “You’re Such a Good Looking Woman” del carismático Joe Dolan, “The Windmills of your Mind” de Dusty Springfield, o la espectacular “Children of the Revolution” de Bolan y sus T-Rex. Sin embargo, lo que más llama la atención es la magnífica interpretación del propio Cillian Murphy junto al ya mencionado antes Gavin Friday, a dúo en la canción “Sand”. Simplemente de lo mejor.
Desayuno en Plutón me ha asombrado por estos y varios motivos más. Está claro que deben verla y juzgarla por ustedes mismos, pero lo más probable es que, independiente si la película sea maravillosa o sólo una basura más del (casi) insólito pero pintoresco Jordan, doy por firmado que tras su visionado no se considerará por ningún motivo haber perdido el tiempo, porque escenas bien logradas, cargadas de drama en ciertas ocasiones, algunas emotivas, y otras divertidas e incluso desternillantes, les aseguro hay por montones.
Deja una respuesta