Hace tres décadas, en la navidad de 1977, precisamente el 25 de diciembre, falleció en Suiza el maestro y genio de la comedia Charles Chaplin, a los 88 años de edad.
Pionero del cine y emblema del género, Chaplin fue un cineasta gigante, artista sensible, creador inagotable y empresario voraz, que logró transitar con éxito de la era silente a la irrupción del sonido. Dueño de una desbordante personalidad, se convirtió a lo largo de su trayectoria en uno de los grandes personajes del siglo XX.
Felizmente, y en especial para las nuevas generaciones, su obra está accesible en DVD y hasta en YouTube. Disfruten de unos minutos de una de sus cumbres, Tiempos modernos (1936), filme con el que persistió en conservar elementos del cine mudo en medio del apogeo de las películas habladas. El resultado es la rica fricción de dos contextos artístico-industriales, con sus reglas y sensibilidades atravesadas por la ironía. Es la primera película en la que Chaplin habló, aunque principalmente a través del canto y en un idioma que mezcla varios y al final es ninguno.
Este segmento empieza con una de las escenas más audaces que filmó: a partir de una situación intrascendente en apariencia, se desata repentinamente una protesta popular, liderada por Charlot, el vagabundo del gracioso bigotito. Surge una amenaza desde fuera del encuadre, éste va abriéndose, consuma la represión policial y el gentío se dispersa. Chaplin desaparece entre la masa, pero vuelve a asomar por el lugar menos pensado y el efecto cómico se completa.
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