Ya habíamos informado antes sobre la excelente iniciativa de la gente de Nómadas para llevar el cine al interior del Perú, cosa que en efecto ocurrió siendo beneficiadas las comunidades andinas y selváticas de Junín y Pasco, y los pueblos que sufrieron el sismo en el sur de nuestro país. Pero ayer en El Comercio salió una entrevista a Juan Alberto Flores, jefe corporativo de imagen y comunicaciones de la compañía minera Milpo, donde el ejecutivo lanza un discurso sorpresivo, que se desmarca de lo que estamos habituados a oir de la clase empresarial, repasemos unas líneas:
¿Pero estas comunidades -alejadas y excluidas- deben tener problemas más serios, como la nutrición, la educación y la infraestructura?
Es correcto. ¿Pero, por qué esperar a que el Estado o un ente privado haga algo al respecto para recién empezar a llevar cultura? Es cierto que existen otras prioridades, pero considero que un programa como este puede ir de la mano con otros bastante válidos, de manera que el proyecto de cine itinerante, como punta de lanza para llevar cultura, va tomando cuerpo.
En el Perú, la clase dirigente y más aún la clase empresarial, le tiene aversión a la palabra cultura, es para ellos una mala palabra, por eso no la pronuncian, no la mencionan para nada, incluso un diario como Peru21 en su especial de Retos 2008, no toca el tema cultural para nada. Por ello sorprende que desde una empresa minera se lance una propuesta en este campo, para contrastar miremos al Brasil, donde la compañía petrolera Petrobras es quien más apoya la creación y difusión de las artes, son incontables los eventos y concursos que cuentan con su soporte.
Pero volviendo a nuestro impensable promotor cultural, leemos una acertada definición de cultura ligada al desarrollo:
¿Pero, para qué entonces llevar el cine a lugares donde Milpo no está?
Porque llevar cultura al país es clave. Nosotros somos mediana minería, con 58 años no hemos tenido grandes problemas, pero vemos otros sitios, otras operaciones, con decenas de conflictos sociales. La propuesta cultural va a ayudar. Aquí estamos convencidos de que a pesar de que existen otras prioridades, la cultura, pero sobre todo el diálogo, podría contribuir con el desarrollo.
En el sitio web de Milpo se informa del alcance de las acciones del cine itinerante que apoyan y descubrimos que además de largos de ficción y de animación también se ven documentales como La espalda del mundo, El milagro de Candeal y Choropampa. ¿Una minera apoyando la proyección de estos documentales? Si, tal parece que es cierto.
Para terminar leemos que la alianza Nómades/Milpo también están registrando las celebraciones de cada pueblo para lanzarlos en forma de documentales y mostrarlos a los mismos pobladores, eso profundiza aún más la labor inicial. Nada que agregar, lean la entrevista completa, es un modelo que hay que exigir que otras empresas de mayor envergadura sigan, si alguien conoce de experiencias similares que nos pasen la voz para darles la cobertura que merecen.
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