El galardonado cineasta bosnio suma una aventura más a su foja de servicios. Se trata de un nuevo festival de cine que acaba de crear y que se desarrollará en Serbia del 14 al 21 de este mes. El Festival de Cine de Küstendorf busca posicionarse dentro del panorama europeo y servir como apoyo a los estudiantes y cineastas emergentes de la región. Para ello presentará una programación dividida en cuatro secciones, entre ellas una sección competitiva con filmes estudiantiles de 12 países, una retrospectiva dedicada esta vez a Nikita Mihalkov (donde se proyectará 12, su nuevo film que es un remake de la norteamericana 12 angry men), una selección de obras contemporáneas recientes, donde se verán filmes como la ganadora de Cannes 4 meses, 3 semanas y dos días de Cristian Mungiu, The Edge of Heaven del alemán Fatih Akin, Irina Palm, de Sam Garbarski y California Dreamin’ (Endless), de Cristian Nemescu. El festival también presentará un pequeño homenaje a dos de los nombres más importantes del cine ruso contemporáneo: Andrei Tarkovski y Andrei Konchalovsky.
Un punto interesante es la historia en sí de Küstendorf, el pueblo que da nombre al festival. Sucede que durante el rodaje de La vida es un milagro, Kusturica halló este lugar -un paraje boscoso sin edificación alguna enclavado en las montañas de Mokra Gora, en la frontera de Serbia y Bosnia- y enamorado del sitio decidió construir ahí las locaciones de la película y posteriormente quedarse a vivir en el pueblo. Ahora esta villa nacida de la nada, que cuenta con cine y piscina subterránea, ha devenido en punto de atracción turístico. ¿Se puede pedir mayor espíritu de aventura? Pero esta decisión de ribetes excéntricos, tiene que ver con una reacción del director hacia el consumismo creciente de nuestros tiempos, él dijo en una entrevista: «Todos estamos dominados por el mercado global y el mundo de las marcas. Cuando voy a un bar me encuentro con 200 bebidas diferentes. La pregunta es si necesitamos todo eso. Yo creo que no. Esto es un refugio a todo eso»
Bueno, esperamos que el naciente festival salga de acuerdo a lo esperado. Quien desee darse un salto hasta Bosnia, sólo debe pagarse el pasaje y la estadía, el ingreso a las proyecciones es libre. Otro punto a favor del primer Küstendorf.
Deja una respuesta