Esta semana los críticos de las publicaciones nacionales han escrito sobre distintas cintas que se encuentran en cartelera, algunas con protagonistas femeninas, otras con mafiosos. Como dictan las buenas costumbres, las damas primero. Empezamos por la española Carmen:

En Domingo de La República, Federico de Cárdenas la destaca por su reconstrucción de época y por la bella Paz Vega:

Digamos que Aranda-Jordá intentan y consiguen hacer una Carmen de época, minuciosamente anclada en la España de hace 180 años y en la que es una suerte de femme fatale precursora. (…) Esta versión de Carmen merece verse, tanto por sus momentos de buen erotismo como por su intento de apartar a los protagonistas de su imagen más socorrida y colocarlos en su momento histórico.

Raul Cachay en El Comercio comenta Una novia errante de y con Ana Katz, y la recomienda emocionado:

En «Una novia errante», Katz vuelve a transformarnos en ‘voyeurs’ involuntarios, aunque esta vez la atención está concentrada en el descalabro emocional de una mujer (la propia directora, en una interpretación estupenda) que acaba de ser abandonada por su novio. «Una novia errante», (…) es el mejor estreno en lo que va del 2008, sin competencia posible. No se la pierdan.

Y Ricardo Bedoya desde sus Páginas del diario de Satán, más mesurado, destaca las actuaciones de la cinta:

Pero allí quedan todas las comparaciones con la obra del neoyorquino [Cassavettes] porque el cine de Katz tiene otro temple y luminosidad. El personaje es víctima –hasta una lipotimia la derrota- y clown; es repudiada cuando ella quiere ser aceptada y rechaza los avances del notable Carlos Portaluppi, el vecino afanoso. Vive en un desencuentro permanente con el medio y la actriz Ana Katz encuentra el tono físico adecuado para trabajar ese divorcio. Con la cámara pegada al rostro se congestiona y discute; en el plano abierto, se reconcilia con el medio y con el mar.

Pasando a las cintas de mafiosos; en Correo, Enrique Silva se adelanta al estreno de American Gangster, y se alegra del regreso en buena forma de su director Ridley Scott:

Ridley Scott nos demuestra con Gángster americano que, a pesar de ser un realizador irregular, puede alcanzar un mayor nivel cuando tiene un sólido libreto entre manos. Resulta particularmente interesante, (…) la forma en que Scott va alternando las vidas privadas de Lucas y Richie, oponiéndolas permanentemente. El criminal es casi el individuo perfecto, el hombre de familia que cuida su imagen al milímetro. El policía, en cambio, aparece como un tipo descuidado, un mujeriego empedernido que no puede ni siquiera resolver sus problemas conyugales.

Por su parte, Sebastián Pimental de Somos, comenta sumariamente Juegos prohibidos (Alpha Dog) del hijo de John Cassavettes, Nick:

Juegos prohibidos -crónica luctuosa sobre los narcotraficantes adolescentes de California- es otro paso en falso. Aunque algunos personajes están mejor delineados y hay una narración eficiente que reconstruye los hechos reales, la película se desdibuja entre la gruesa exacerbación del dramatismo y un mediocre convencionalismo fílmico.

En la misma Somos, Andrés Cotler revisa una película con temática muy diferente: Soy leyenda; y que le ha gustado:

El poder de la historia de Matheson es de una oscuridad, crudeza y pesimismo sobre la condición inestable de lo «humano» que pasa por encima de anécdotas pesimistas pero menos sutiles como las recientes Exterminio o Niños del hombre. (…) Soy leyenda es cruda, avanza con cierta densidad inusual para ser una de gran presupuesto y tiene imágenes poderosas a pesar de ciertas protestas de los fans de Matheson por la traición a la novela. Sin embargo, filmar, hoy, una historia como esta en medio de las complacientes megaproducciones de Hollywood, sorprende y hasta entusiasma.