Knocked Up
Dir. Judd Apatow | 129 min. | EE.UU.
Intérpretes:
Seth Rogen (Ben Stone), Katherine Heigl (Alison Scott), Paul Rudd (Pete), Leslie Mann (Debbie), Jason Segel (Jason), Jay Baruchel (Jay), Jonah Hill (Jonah), Martin Starr (Martin), Charlyne Yi (Jodi), Maude Apatow (Sadie), Joanna Kerns (Mamá de Alison), Harold Ramis (Papá de Ben), Alan Tudyk (Jack), Kristen Wiig (Jill), Bill Hader (Brent)
Estreno en Perú: 25 de octubre de 2007.
La comedia de enredos amorosos es un terreno tan recorrido por Hollywood como por los independientes en el cine norteamericano. Knocked Up luce como un filme alimentado por ambos términos de producción. Utiliza la fórmula pero la trabaja con criterio y coherencia, lo cual no deja de ser una confirmación de la habilidad de este nuevo grupo de comediantes encabezado por Seth Rogen, que ha ganado espacio este último año también con la divertida Superbad. A su modo, parece ser una versión maliciosa de La dama y el vagabundo en la que la pareja imposible no se ve atraída sólo por el heroísmo o la atracción a lo distinto, sino también por las obligaciones y convenciones sociales de su lío embarazoso.
La comedia de enredos amorosos es un terreno tan recorrido por Hollywood como por los independientes en el cine norteamericano. Knocked Up luce como un filme alimentado por ambos términos de producción. Utiliza la fórmula pero la trabaja con criterio y coherencia, lo cual no deja de ser una confirmación de la habilidad de este nuevo grupo de comediantes encabezado por Seth Rogen, que ha ganado espacio este último año también con la divertida Superbad. Ambas son películas en los que el grueso humor se ve de algún modo atravesado o alimentado por una sensibilidad geek. Es la comedia que se sustenta en sus alardes, juegos y «preocupaciones». El director Apatow sintoniza muy bien con este grupo freak como lo hacía también en The 40 Year Old Virgin. Películas discretas pero dueñas de un sabor y una malicia que no veíamos deslizarse últimamente por los predios del género risueño.
Allison es una chica perfecta. Es bella, inteligente, con buen gusto, y para colmo su carrera asciende meteóricamente en la televisión vía E! Entertainment (la que debe ser la mayor fuente de información para parodiar). ¿Qué más podría suceder en este horizonte cada vez más amplio? Tal vez el estrellato y sus maquillajes sobre la realidad común y ordinaria. Oropel que envuelve su ego y que reventará como globo cuando caiga en cuenta de que se encuentra esperando un bebé. El cómo, cuándo y dónde apenas los rememora entre las nieblas con aroma a cerveza. Cuando parecía que todas las puertas se le abrían, su ilusión y vanidad se trocan en angustia y desconcierto que se verán exacerbados en un primer momento al dar con el padre de nuevo: Ben es un prospecto de bueno para nada, que se la pasa viviendo una eterna adolescencia al lado de unos roommates que matan el tiempo jugando con la marihuana y la cinefilia (como tal vez ocurría con Seth Rogen y compañía).
A su modo, parece ser una versión maliciosa de La dama y el vagabundo, donde la pareja imposible no se ve atraída sólo por el heroísmo o la atracción a lo distinto, sino también por las obligaciones y convenciones sociales de su lío embarazoso. Ese romance dictado casi a la fuerza se desarrolla bien en su primera parte, en la que desde el arranque percibimos esas galaxias lejanas alternándose una con la otra con humor raudo pero trabajado desde las réplicas cargadas de fanfarronadas con todo tipo de referencias. Pero como en Superbad, los personajes tipo son despojados de algunos de sus característicos ropajes para hacer que su intriga dislocada transite por un mundo cotidiano, donde la línea divisoria entre winners y losers (o el concepto que se tenga de ellos) no sea clara. Así también varias resoluciones evitan los lugares comunes de la comedia destartalada, como el momento del definitivo diagnóstico que cierra nada graciosamente el trance cómico de la visita al doctor.
Llama la atención que esta propuesta haya podido colarse en los predios de las majors, que en los últimos años han sido particularmente pródigas con la comedia ya no sólo boba sino hasta insultante. El mayor ejemplo de ello han sido los inefables hermanos Wayans, que exacerbaron tendencias que ya se abrían desde los años de La venganza de los nerds o las películas de National Lampoon. Rogen, Apatow y demás se declaran fans de esos «pioneros» y acuden a ellos para iniciar su propio camino, sin tener que atravesar por las insoportables payasadas que son marca oficial en cualquier estreno actual desde los tráilers. Las de este filme son payasadas, digamos, autoconscientes, de espectadores atentos
a cada mecanismo o tópico al cual le aportan sus sensibilidades y aficiones propensas a referencias de lo más eclécticas (Star Wars, Oprah, el funk y demás modas de los 70). Se puede imaginar su estilo o modo de trabajar en esas secuencias de Ben y sus amigos envueltos en esas gloriosas conversaciones sobre trivialidades (especialmente divertida la idea del portal sobre sexo en pantalla). De ahí es donde proviene la no poca proeza de que su carga intelectual luzca con una frescura admirable.
Knocked Up se destaca rápidamente con toda esa ironía alrededor de la caótica convivencia entre la bella y la bestia. El aire de lo habitual lo muestra al final como dos chicos que no viven en un mundo a lo Disneyland donde los contrastes son marcados con hierro candente. En cierta forma, Allison vive con toda la inseguridad del propio Ben, arrimada bajo el techo de la familia, con su carrera en veremos y contemplando la conflictiva vida marital de sus mayores. Detalles que le dan un sabor peculiar al filme pero que terminan trasladándolo a los predios edulcorados de la mitad para adelante. Toda la malicia y hasta negrura del humor se disuelve hacia el final como una réplica de Mira quién habla y similares. Es lo que no termina de redondear la propuesta y que sí consigue Superbad en los terrenos de la comedia colegial. Tal vez sea síntoma de la necesaria madurez (se puede ver a una historia como la secuela de la otra), pero me parece que el lado sentimental no es el fuerte de estos geeks de la cultura chatarra.
De todas formas, se puede destacar por más de una cabeza a este filme y en especial a la protagonista Katherine Heigl, quien al contrario de su personaje no tendría por qué declinar de la fantasía del estrellato pues lo tiene todo para conseguirlo. Por supuesto, también se lucen Rogen y sus camaradas (como el gordito Jonah Hill, también presente en Superbad). Knocked Up es una película que ante todo promete bastante. A pesar de su sobrecarga de información, los creadores poseen el talento para convertirla en una brisa descongestionante dentro del panorama verdaderamente gris de la comedia hollywoodense actual (basta ver esa serie de películas paródicas tipo Epic movie y sus engendros), terreno del que se rescatan algunas cosechas como algún chispazo de los hermanos Farrelly, a quienes esta nueva camada de comediantes amenaza en destronar.
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