Para muchos el nombre de Lloyd Kaufman resulta ni mucho menos que conocido, pero este personaje tiene toda una historia con no poca gloria en el cine contemporáneo. Tras varios intentos entre la actuación y la realización de cine de serie B, el singular Lloyd se hizo de un pequeño espacio en la producción de chatarra independiente a partir de los años 70, e incluso consiguió figurar como extra en películas de producción mayor como Rocky y Fiebre de sábado por la noche. Pero fue en la siguiente década que probaría las mieles del éxito con El vengador tóxico, singular suceso comercial que reprocesaba de manera burda pero divertida las tantas películas de superhéroes que circulaban en esos años. Como todas sus producciones, aquella película la firmó con el seudónimo de Samuel Weil, nombre que se quedó grabado para los fans de la cinta, la cual se ha convertido en objeto de cierto culto hasta ahora. Kaufman nunca más volvería a repetir tal éxito e incluso su espacio de acción se reduciría aún más hacia el terreno de las realizaciones para el amplísimo mercado del video.
Ahora sin mayores disfraces, este veterano del trash cinema se prepara para darle exhibición algo más extendida a su última película que lo dice todo desde el título: Poultrygeist: Night of the Chicken Dead. En esta excesiva parodia vemos a un grupo de pollos zombies vengarse de toda la humanidad empezando por un grupo de ávidos comensales de un restaurante de comida rápida. Se imaginarán que lo más escatológico de la historia se hará presente en cuotas que amenazan superar al Peter Jackson de Braindead. Afanes de autor alentados por la respuesta que ha ido teniendo en diversos festivales de cine de horror. Échenle una mirada, pero ojo, absténganse los más sensibles:
(Vía The Movie Blog)
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