Los directores que más admiro son los menos técnicos, los que están más libres de eso de lo que a mí se me acusa de ser. En otras palabras, las películas que más me gustan son aquéllas que se parecen menos al tipo de filmes que se me acusa de hacer. Esa es la razón por la que rechazo las felicitaciones por la toma inicial de «Sed de mal», porque es uno de esos planos que muestra al director haciendo «un gran plano» y yo creo que los grandes planos deben disimularse un poco por sí mismos. Sin embargo, éste, por su propia naturaleza, tiene que mostrarse porque cuenta la trama. No había forma de evitar un tipo de forma virtuosa.
Los grandes autores oscilan en sus gustos y motivaciones.
Orson Welles tomando distancia de un estilo de filmar
que dominó magistralmente, en especial en Touch of Evil.
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