Uno de los últimos nombres de la era dorada del cine italiano ha dejado de existir hoy sábado. El director Dino Risi falleció a los 91 años de edad en Roma, dejando un legado de más de 70 películas en medio siglo de trayectoria. En sus inicios, fue asistente de realizadores como Alberto Lattuada (a quien Federico Fellini también le debe sus primeros pasos en el medio), pero aquella tentativa de carrera quedaría brevemente interrumpida con motivo de la segunda guerra mundial. En su regreso al cine, a mediados de los 40, se dedicaría intensamente a una preparación dentro del documental, muy requerido en la época de la reconstrucción.
No sería sino hasta comienzos de los 50 que haría su debut como director de largometrajes con Vacanze col gangster, un filme con los recordados Terence Hill y Bud Spencer (apareciendo con sus verdaderos nombres, Mario Girotti y Carlo Pedersoli, respectivamente), mucho antes de que fueran famosos, uno como figura principal y el otro como casi figurante. De algún modo iba Risi dándole rumbo a su futura y exitosa carrera en esta cinta alrededor del torpe rescate de un hombre interpretado por Lamberto Maggiorani (el Antonio Ricci de Ladrones de bicicletas).
Rápidamente, Risi tomaría importante lugar dentro de la generación que comenzó a desviarse del neorrealismo precedente. Junto con otros notables como Mario Monicelli o Luigi Comencini (este último fallecido hace apenas un año), formaría parte de un grupo de talentos, que injustamente han sido menos distinguidos a la hora de considerar en la balanza al cine italiano de aquel momento y sus autores más rotundos. De alguna forma, estos compinches se convirtieron en creadores no menos arriesgados y experimentales, pero dentro de la tan latina tradición de la comedia costumbrista, burlesca a más no poder. El escenario del llanto se transformó con ellos en el de la pícara sonrisa, que es su sucesora natural. En estas películas los pobres seguían siendo pobres, pero no por ello se sometían tan rotundamente al melodrama. La artillería de intrigas del día con día se convirtieron en la materia prima de Risi y sus amigos, entre los cuales se contaban los grandes actores y comediantes que serían, en cierta forma, representantes ante el mundo de la transformación italiana hacia la prosperidad de fines de los 50 y comienzos de los 60.
Risi se didicó a una serie de películas hechas con justo y genuino humor, sátiras sociales, románticas y políticas. Desde Pan, amor y…, secuela de los filmes de Comencini; pasando por las brillantes Il sorpasso, Una vita difficile, o Los monstruos, una de las más clásicas películas de sketchs que caracterizarían al género. Por ahí transitaban actores como Vittorio Gassman, Jean-Louis Trintignant, Alberto Sordi, o Ugo Tognazzi. Otra obra suya muy popular fue Perfume de mujer, con Gassman en el papel del capitán ciego que años más tarde interpretaría Al Pacino en una versión muy inferior de 1992.
Volvamos a disfrutar algunos momentos memorables de la filmografía del maestro Risi.
Il sorpasso
Una vita difficile
Los monstruos
En nombre del pueblo italiano
(Vía Corriere Della Sera)
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