El canal del Estado, con mayor o menor calidad en sucesivas etapas, ha tenido el afán -y tiene el deber- de diferenciarse de los vicios de la televisión privada. En esta década, desde el gobierno anterior, llegó a lucir diversos contenidos culturales, aunque en los últimos tiempos este logro ha sido diezmado. Sin embargo, en Cinencuentro vimos con buenos ojos que TV Perú se propusiera emitir, con el nombre de «Cine Mundial», un conjunto de sobresalientes y significativas películas que hemos comentado en su totalidad desde que el 19 de abril se pasó Ladrones de bicicletas. Pero ya es reiterado el maltrato al público y a las obras con subtítulos defectuosos, el cambio de un filme por otro –caso El hombre que sabía demasiado– y, en el colmo de la falta de respeto, el forzado «intermezzo» de una hora a El tercer hombre, que, nos consta, había generado expectativa entre los que ya la conocen y los que aún no.
Lo peor es que la interrupción no la provocó una emergencia nacional ni una noticia de último minuto. Ni siquiera era una transmisión en vivo de una actividad oficial del Estado, de esas que suelen irrumpir groseramente en la señal del canal en cualquier momento del día. Se trataba del video del (pseudo)debate realizado en la mañana, en RPP, entre el primer ministro Jorge Del Castillo y el secretario general de la CGTP, Mario Huamán, que perfectamente se pudo emitir luego de finalizada la película. Para algunos tal vez parezca un hecho menor, pero como representante del Estado (no del gobierno de turno), el canal 7 está llamado a, por lo menos, cumplir los horarios de esa pequeñísima «franja cultural» que se resiste a morir, pese a la reciente eliminación de varios programas por supuestas razones presupuestales. Lo menos que podría esperarse ahora es que el sábado 12 El tercer hombre se exhiba sin interrupciones como debe ser, y que el canal del Estado deje de ser «APRA TV».
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