María Vaner en Sin Intervalo (2002)
María Aleandro, más conocida como María Vaner, ha fallecido este 21 de julio en Buenos Aires a la edad de 73 años. Perteneciente a una familia de actores, en la cual se cuenta a Norma Aleandro, su hermana; María fue una actriz característica del cine, y sobre todo, el teatro argentino de los años 60. En aquellos años se la pudo ver en algunos títulos importantes de una cinematografía que, como todas las de la región, luchaba por encontrar una identidad y recuperar parte del esplendor de su era dorada.
Precisamente una de sus primeras películas fue El secuestrador, de Leopoldo Torre Nilsson, hombre clave del cine argentino de los 50 y que fuera mentor de Leonardo Favio (acaso el nombre mayor del cine argentino), quien también aparecía actuando en el film. Vaner y Favio se convirtieron en pareja y colaboraron en los primeros films dirigidos por él: Crónica de un niño solo y El romance del Aniceto y la Francisca, dos de las más insólitas experiencias cinematográficas de la región. Especialmente memorable es el caso de la segunda, en la cual la actriz asumía el papel de Lucía, la presencia seductora que turba la armonía de la pareja protagónica.
Durante los 70, Vaner tuvo que emigrar a España ante la arremetida de la dictadura peronista, y a su regreso en los 80 supo conservarse como una presencia distinguida en el cine gaucho. Todavía nos queda por apreciar su papel final de la mano de Lucrecia Martel en La mujer sin cabeza, próxima a verse en el Festival de Lima.
Mientras aguardamos esta nueva película, los dejamos con un pequeño fragmento de su mejor película al lado de Federico Luppi, cinta que por cierto está conociendo su remake en estos días a cargo del propio Leonardo Favio:
(Vía La nación)
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