Sábado en la noche, tenía una película pendiente para ver con la novia, un día antes había ido sólo al cine y había reservado esta película para verla con ella, o mejor dicho ella la reservo para mi (vas conmigo y punto, me dijo), Eastern Promises era la reserva, un pata me había dicho para hacer algo con su respectiva novia también, entonces para ajustar presupuestos decidimos ir al Cinerama El Pacífico. Entrada a 11 soles (aunque El Comercio decía 10.90), lo bueno de este cine es que se puede pagar con tarjeta de crédito, condición que te saca de apuros, si no cobraste, estás lejos de la quincena o tantas otras condiciones que determinan una billetera vacía. ¿Los estacionamientos? complicados, caros y escasos.
El Pacífico es un cine de antaño, que cerró, lo remodelaron, lo cerraron de nuevo, lo remodelaron de nuevo, y todo esto en los últimos años, asumo que los más mayores recordarán cuando había platea y mezanine, o algo así. Es entonces un cine de los antiguos, de los que se resisten a convertirse en iglesia, ¿Dónde queda? En el óvalo Miraflores, donde termina la avenida Arequipa y comienza Pardo, Diagonal y Larco (la misma de la canción de Frágil)
La oferta de películas es siempre agradable en este complejo, uno se puede aventurar a la segura, se puede llegar sin importar la hora, porque, el cine está en el centro de Miraflores, lo cual significa que si llegas temprano, sobran motivos para dar vueltas por ahí. Algo adicional que ofrece este cine es el espectáculo que significan las muchas personas que llegan a sus puertas usándolo como punto de encuentro, este es por defecto el meeting point de muchos amores, trampas, primeras citas de Internet, etc, etc.
A pesar de ser sábado en la noche la cola era decente, 5 personas a las 6.30 pm, felizmente la novia llegó antes y me ahorró fácil unos 5 minutos. Este cine tiene 6 salas y su dulcería es más bien austera, con una oferta muy pobre, no hay mucho que escoger.
Las butacas de El Pacífico son cómodas y el sonido en general es bueno, la proyección también muestra nitidez, a pesar de que las pantallas son pequeñas. (Se tratan de pantallas curvas lo que supuestamente mejora el campo visual, esto ayuda a las personas que se sientan a los lados de la sala, como generalmente es mi caso, no porque se vea mejor, sino porque así me siento más tranquilo). Además de lo anterior, aquí uno puede ver la película sin morirse de frío (no se exceden con el aire acondicionado)
Los espectadores frecuentes siempre han demostrado su nivel, no se puede negar, no hay mucha bulla, celulares, etc. Claro que eso depende de la película, una tipo Scary Movie no ayuda, siempre se presta para la carcajada exagerada, comentarios soeces y demás perlas.
Luego de la película –por estar en Miraflores- tenemos de todo: chifa, pollo, sushi, tragos, helados, chelas, bares, cantinas, discotecas, iglesias, hostales, galerías, muestras en las calles, ferias de cachivaches, cafés, etc, de todo y a todos los precios. Cafés tradicionales como el Haiti, o comodísimos Starbucks (para los que les gusta el café en vasos de papel y a precio de salón) Hago una acotación aquí en el rubro de chifas, aunque en oportunidades anteriores los miembros de Cinencuentro nos concentramos en ciertos chifas de “la calle de las pizzas” y de la calle Tarata, no recomiendo ninguno, chifa no es una opción por ahí, hay uno pasable en la cuadra cuatro de Pardo, en un quinto piso. Lo que recomiendo si desean un fast food es una caminadita hasta Comandante Espinar, donde están los mismos sitios que rodean al Cine El Pacifico, pero con menor congestión de gente.
En resumen, este cine termina siendo un sitio obligado por ubicación, precios y programación, es cómodo y aunque las pantallas pequeñas están cayendo en desuso, podemos ver películas que no se ofrecen en otros cines, o si los ofrecen lo hacen con otros precios, como Larcomar, Jockey Plaza, Alcázar, o la misma sala del CCPUCP.
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