Parece que continuará, esperemos que con un mejor desenlace, la odisea y el suplicio que experimentó Orson Welles en su versión de la novela cumbre de Cervantes, filmada a cuentagotas durante décadas, exhibida recién luego de su muerte y sin una edición definitiva. Según el diario The Independent, Terry Gilliam ha confirmado lo que anunció hace dos años: retomará su proyecto El hombre que mató a Don Quijote, trunco desde el 2000, cuando el actor francés Jean Rochefort fue operado de una hernia y ya no pudo interpretar al ingenioso hidalgo.
La película incluye a Johnny Depp en el rol de Sancho Panza, convertido en un publicista estadounidense, y a Vanessa Paradis como Dulcinea. Casi como Tim Burton, Gilliam sólo está esperando al notable actor de Ed Wood y Sweeney Todd para volver a empezar la aventura. «Cuando Johnny esté listo, nosotros estamos listos. Estamos hablando de fechas para rodar. Básicamente, todo depende de su agenda, pero, de cualquier manera, estamos preparados», declaró el realizador.
El reto es grande. Se volverá a rodar todo, a despecho de lo poco que se avanzó en el rodaje de hace casi una década, en el que también hubo inoportunas apariciones de aviones militares y accidentes climatológicos. Tan grande fue la pérdida que la compañía de seguros contratada se apropió del proyecto, el cual ha sido comprado nuevamente por el autor de Brazil y Doce monos. Pero el cine siempre tiene la opción de narrar: esas peripecias se plasmaron en el documental Lost in La Mancha de Keith Fulton y Louis Pepe, del que podemos ver un fragmento a continuación.
(Vía La Tercera)
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