Con tres largometrajes en su haber, la directora argentina Lucrecia Martel ha participado en los festivales de cine más importantes del mundo. Su opera prima La ciénaga (2001) fue premiada en La Habana, Berlín, Sundance, entre otros. Su segundo largo,
Se esperaba su presencia para el Festival de Lima, trayendo su tercer trabajo, La mujer sin cabeza (que fue parte de la Seleccón oficial de Cannes 2008), pero no podrá asistir por coincidir con el estreno de la película en su ciudad natal Salta. Pero eso no evitó que ofrezca una exclusiva entrevista telefónica al diario El Comercio, donde nos dejó sus impresiones sobre su trabajo, el importante cine argentino y su proceso creativo. Lean un extracto del diálogo:
En los últimos años no solamente el cine argentino ha despertado un entusiasmo muy especial en los cinéfilos, sino que tus películas han conseguido una aceptación unánime en todo el mundo. ¿Cómo ves este impacto que ha tenido tu cine?
La verdad es que siempre hay un factor de sorpresa. Porque en el proceso de hacer una película uno no está pensando en la respuesta que va a tener la crítica o el mundo. Uno piensa o tiene en mente a un entorno más inmediato. La gente que conoces, tu ciudad, tu país. Gente con la que compartes cosas más íntimas de tu cultura. Siempre es una sorpresa que en países donde todo es tan diferente alguien tenga un contacto tan profundo con lo que hiciste. Esta es la tercera vez que filmo y sigo sintiendo lo mismo.El lenguaje que utilizas. Las cosas no se dicen directamente, el espectador se introduce en un universo y lo va armando. Ni siquiera las relaciones entre los personajes son claras desde el inicio. ¿Así crees que debe ser el cine?
Lo que debe ser mi cine sí. Pero no elevaría a premisa universal mis ideas sobre el cine porque me encanta ir a ver películas distintas. Lo que sí creo es que hay un cine cuyo objetivo es el entretenimiento entendido de una manera que a veces a mí no me entretiene. Otro tipo de cine cuyo mayor objetivo es contar una historia, a mí me parece que no necesariamente es lo más importante que puede pasar. Y hay otra gente, donde estoy yo, que lo que quiere es compartir una percepción del mundo, una serie de emociones e ideas sobre las que uno tiene nada demasiado contundente que decir. Es el cine que hago.Existe en La ciénaga un enfoque tan siniestro de la naturaleza.
Así es. Está en las tres películas. El espacio siempre es como una emanación de la situación en la que están los personajes. Digamos que nunca he trabajado con la naturaleza como algo bucólico, donde uno va a refugiarse. Enfoco todo lo que está afuera de los personajes como una prolongación de ellos mismos.Se ve un entorno familiar en tus películas tan fuerte que me lleva a pensar que así es tu vida.
En cierto punto sí, porque somos siete hermanos y muy unidos. Pero me parece que esa forma de relacionarse no es algo exclusivo de mi familia. Lo veo en mis amigos con sus familias. En general me gusta como marco narrativo esas situaciones muy endogámicas. Me resultan muy agradables porque las conozco bien.
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