Festival de Lima 2008: Perro sin dueño (2007)

Cão Sem Dono de Beto Brant y Renato Ciasca

Perro sin dueño (2007) de Beto Brant y Renato Ciasca, película brasilera en competencia por Ficción en el Festival de Lima 2008. Es la historia de una pareja: ella, bellísima, aspirante a modelo y él, un traductor de ruso, desempleado y sin motivaciones. Pretende mostrar el desenvolvimiento de este romance desde lo íntimo, hilvanando cuadros cotidianos y sin exaltaciones. Por momentos, logra arrullar al espectador representando la calidez de este amor simple, pero en conjunto el film no convence en lo dramático.

Beto Brant ha dirigido, entre otras producciones, los largometrajes Acão entre amigos (1998), O invasor (2002) y Crimen delicado (2005), participante en un Festival de Lima anterior. Renato Ciasca, con quien Brant tiene una larga y creativa amistad, ha participado como coguionista y productor en casi todas sus películas. Perro sin dueño es su primer trabajo como dupla en la dirección. La película ha obtenido varios reconocimientos en Brasil, en especial haber sido elegida Mejor Película en el Recife Cine PE Audiovisual Festival, 2007. Además la debut actoral de la modelo Tainá Müller ha incitado otro par de premios de Mejor Actriz en festivales brasileros.

Perro sin dueño, basada en la novela Até o Dia em que o Cão Morreu de Daniel Galera, parece exhibir los remaches de un traspaso forzoso al lenguaje del cine. Quizá en lo literario la riqueza del relato estaba en la reflexión distendida o la descripción de estados de ánimos, en cambio las imágenes de Perro sin dueño no alcanzan a elevarse más allá de ser un experimento sobre el tedio. Al inicio, Ciro parece llevar una existencia huraña, sin metas y en compañía de un perro recogido de la calle a quien no quiere poner nombre. Su relación con Marcela, ambiciosa por ser una modelo de las grandes pasarelas, se le va revelando como su única motivación, el amor que podría despertarlo. Pero pronto ella le comunica que le han detectado un cáncer y decide apartarse de él. Ciro pasa por una fase de desesperación durante la cual su perro muere extrañamente, hecho que al parecer sugiere el final de un periodo de dolor, el sacrificio de la mascota por su amo. Los personajes secundarios ocupan demasiado espacio para lo poco que aportan: el portero pintor, los padres, el tipo que casi atropella a Marcela y luego se hace amigo de la pareja. Diálogos nostálgicos, otros divertidos, otros aleccionadores pero que sólo sirven para ahondar en el clima de levedad de este filme.