Desierto adentro es la película mexicana más reconocida del último año. En la anterior edición del Festival de Guadalajara (marzo 2008), el más importante de México, arrasó con la mayoría de premios, lo que implica además un fuerte apoyo económico en distribución. Por lo tanto estamos ante la película de exportación mexicana del momento.
Está dirigida por Rodrigo Plá, director de varios cortos y otro largometraje La zona (2007) , que también llamó la atención en festivales. Desierto adentro es una película con tintes de tragedia bíblica. El protagonista se impone una vida de sacrificio y desgracias con tal de obtener perdón de Dios por un gran pecado. Está ambientada en la Guerra Cristera, ocurrida en los años 20, cual Cruzada Mexicana convocó a miles de campesinos alzados en armas para reponer el poder de la Iglesia Católica frente a una Constitución que la apartaba de la vida oficial. Ser causante involuntario de una de las tantas masacres será la culpa que pesará sobre Elías, protagonista de Desierto adentro. A partir de entonces, se apartará con sus hijos al desierto donde comenzará a construir una iglesia para liberarse del supuesto castigo de ver morir a sus hijos.
Si bien lo principal es la expiación del padre, la historia está contada desde la perspectiva del hijo menor. Un niño asmático que se ve obligado a permanecer encerrado, mientras sus hermanos construyen la Iglesia. Con una intensa devoción, Aureliano dibuja cuadros desde su ventana y escribe ruegos a Dios por su salud. En este punto, Aureliano representa la fe en un estado de pureza y creatividad: tantos rezos y sacrificio algún día serán retribuidos con el perdón y la libertad. Sin embargo, otros hechos trágicos mermaran la esperanza de Elías y su superstición obsesiva arrastrarán la decadencia familiar.
La película se plantea en tres actos. La trama avanza a buen ritmo, manejando acertadamente la expectativa del espectador. Incluso la impresión inicial pueda confundirnos en que el filme intenta hacer apología de la fe cristiana, quizá debido a la empatía con el niño cuyos cuadros fervorosos incluso son resaltados con efectos de animación. Pero todo lo contrario. Desierto adentro trata sobre la destrucción de la inocencia y la enajenación religiosa. Además de un espacio físico, el «desierto» es un estado espiritual, es estar desarraigado de sí mismo. Ganarse el cielo haciendo de la vida un infierno.
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