En la interna de Cinencuentro se arman dinámicas particulares donde muchas veces se discuten temas de cine que después terminan convirtiéndose en textos o posts, ideas de nuevas secciones o simples conversaciones. A raíz de La mujer sin cabeza, que gustó a la mitad del grupo, y a la otra desagradó, se instauró un interesante intercambio de puntos de vista, que esta vez queremos compartir con ustedes, para que también puedan participar con nosotros de ella, si les apetece. Esta es la correspondencia.
Estimados,
He leído sus críticas.
Gabriel: hablas de una sensación de mareo y vértigo, pero omites que la señora se dio un golpe en la cabeza. Y, luego, nadie dice nada sobre alguna redención. Esa es una interpretación absolutamente personal tuya. Por otro lado, si ella, en el fondo, quiere ser castigada por algún oscuro motivo, todo, todo eso se resuelve con unos pocos diálogos, por ejemplo, con su confesor, ya que según tú ella es católica. Todas estas incidencias dan para un cortometraje, ya que todo gira en torno a las paltas, reales o imaginadas, de la protagonista.
¿Cuál es su conflicto principal? ¿Qué obstáculo enfrenta la protagonista? ¿Qué acciones toma para resolverlos? Nada de esto se presenta en la película, salvo lo obvio: que atropelló y mató y está triste. Y esto no basta para hacer un largometraje. Además, si el origen del drama de esta mujer -que, según tú (porque eso tampoco lo dice nadie) es anterior- no se nos lo dice nunca, entonces ¿para qué enfatizar esa omisión?
Antolín, si el objetivo es mostrar los síntomas y evitar el diagnóstico, pues eso también da para un corto. Además, hablamos en esencia de un sólo personaje y de una sola acción (el atropello), las otras dos acciones -el descubrimiento y el encubrimiento- también están sugeridas. Por más que insinúes lo que quieras, todo gira en torno a una persona y una acción.
En mi crítica comparo esta cinta con otras que sí tienen los componentes básicos de un largometraje, y también trabajan con sugerencias. Alargar un corto para mostrar la habilidad de la directora para dar indicios y no mostrar las verdaderas motivaciones de un personaje (en la lectura de ustedes) no justifican un largometraje. Ahora, en mi opinión, está bien claro que la directora sí da un motivo: la culpa por haber matado al niño. Y eso es todo.
Dénme la película y la convierto en un corto de 12 ó 15 minutos y van a ver cómo queda mejor.
Sls. JJB.
Juan José:
Es curioso pero las películas que parecen ser las más atractivas del festival, desde mi punto de vista, son las que han obviado las obviedades y dejan las cosas sugeridas: La mujer si cabeza, Lake Tahoe, El cielo, la tierra y la lluvia; y un poquito más atrás Liverpool no conceden en explicaciones y son exigentes con el espectadores, pide que completen los baches, que llenen los espacios.
Creo que tanto Gabriel como yo, hemos caído en el juego para con La mujer de Martel. La completamos con nuestras lecturas; como Gabriel, creo en ese castigo buscado por Verónica, sabrá Dios por qué. Creo que por una cuestión de búsqueda de afecto y atención (como el encuentro con el amante). Y en ese sentido es reveladora la escena en que pregunta por su estancia en el hotel, y corrobora los datos borrados, ella encuentra que ha sido atendida, que discretamente se han preocupado por ella, y tras eso se integra a la laxitud de su grupo nuevamente, afirmada en sus dudas.
Hay otra opción para con estas películas, reducir sus tiempos muertos, despreciarlos, comprimir los baches, y sí, probablemente de esa manera tendríamos un cortometraje, pero me parece la forma menos atractiva de mirarlo. Es cuestión de gustos.
Lo que también sucede es que mirándolo así, películas como Muerte en Venecia, El sabor de la cereza, por poner dos, o mucho de Antonioni se pueden comprimir a cortometrajes. Aunque esto último quizá ya sea una exageración.
Antolín
Tienes razón con que las películas con sugerencias que mencionas son muy atractivas (al menos las que he visto). Tu comentario me remite a la discusión que yo mismo he armado en Dioses sobre películas «de festival» y la que comentamos mañana, la cubana Personal Belongings, de corte convencional y que en mi opinión es preferible a experimentos como el de Martel.
Mi discusión es si el filme de Martel tiene suficiente sustento narrativo (acciones, conflictos), que sí tienen otras del mismo estilo. Ojo, que en su caso no cuestiono el estilo (ni el talento), sino la trama insuficiente.
En cuanto a Antonioni, es posible que no exageres.
Sls. JJB.
Ideas sueltas:
no puedo dejar de pensar en una pequeña dosis de verdad que le he leído a don Héctor Soto: «en su mayoría los del cine son amores a primera vista». Esto a propósito de lo que dices Gabriel, que ver una película una sola vez no es lo ideal. Si te gustó o no, eso se decide ni bien sales de la sala. El resto es ‘enamoramiento intelectual’, es decir todos esos ejercicios esforzados que les he leído a ti y a Anto para explicar el «click» que hicieron con La mujer sin cabeza. Pero hay más: la viste «sólo» una vez y ya dices que es notable y que no debe ser maltratada. ¡Pues no! Si a uno le parece, hay que maltratar las películas, para ver «de qué están hechas». Y claro, también se les puede liquidar con frases geniales, que contienen más sutileza que toooodos los 88 minutos de La mujer sin cerebro, por ejemplo: «Reconozco que esta crítica se basa en el manual o receta del guión convencional y que, ciertamente, la directora tiene una propuesta distinta y no le interesa seguir tal esquema. Sin embargo, a la vista de los resultados, creo que en este caso debemos reivindicar el manual«. Jotajotabe dixit.
Anto: no creo exagerar, es más, no exagero nada si digo que la(s) pantalla(s) en negro de Lake Tahoe transmite(n) mucho más que un virtuoso desenfoque con La mujer sin testa «andando por los bordes», o algún discurso o seudodenuncia social: señora rubia que atropella algo, ¿un niño?, como a un perro, literalmente como a un perro. Seh, harta ambiguedad la de esta película…
Juanjo y Oscar hacen el esfuerzo, y/o le hacen el favor, de darle a la película la chance del «what if». Que si fuera un cortometraje, la hacía perfecto la Martel; o que si tenía elementos para un improbable film noir. Lo cierto es que La mujer sin cabeza fue, por decir lo menos, una terrible pérdida de tiempo, una decepción o una nada, un cero a la izquierda, dependiendo de la expectativa con que llegaste a la sala, o del esfuerzo grande o pequeño que te llevó a completar la ceremonia de verla en el cine. ¿Cómo sé que fue una nulidad? Porque estuve ahí, porque me basta recordar la sensación que tuve al salir de la sala, la modorra y los bostezos, y la desagradable sensación de haber sido engañado. He pagado 15 lucas, y había perdido un bonito, frío y gris domingo, para pelear conmigo mismo y no dormirme del aburrimiento en la butaca más incómoda de la enana Sala Azul. Pues sí, me la hicieron linda. Una vez más. The «old new argentina cinema» did it again!
Laslo,
No sé si más te ha dolido pagar los 15 soles o pelearte con la película. Creo que la frase de «primeras vistas» es cierta, pero no es un manual, ni una fórmula. Hay películas que te dejan con una indefinición de sentimientos, que tienes que aclarar en una segunda o tercera mirada, así me pasó con Madeinusa, así me ha pasado ahora con Dioses. Incluso a veces las películas no te gustan a la primera, pero con el tiempo les vas cambiando el sentido. Claro, siempre tendrás el primer juicio como referente. Pero hay que darle oportunidades, a algunas cosas, o por lo menos, la posibilidad de las lecturas paralelas.
Si La mujer sin cabeza hubiera tenido más de film noir, de policial o de terror psicológico, hubiera sido otra película, no la que vimos. Pero es la que realizó Martel, perdiste. Tu sabías cuál era su estilo y a qué te exponías. El que esta película no sea tan explícita, me lleva a pensar dos cosas.
Uno, en lo mucho que se parece esta conversa a pensar en literatura entre la novela decimonónica y la moderna. Es cómo quejarse del Ulises de Joyce, porque en 500 hojas no pasa nada. Pero pasan pero de otra forma, en otro nivel. La mujer sin cabeza no busca como dices una denuncia social, porque ya la conoces de siempre, es como un cliché, es más importante el clima y la circunstancia de esta mujer, y claro en 88 minutos no pasa nada, pero pasan en otro nivel.
Si no, si quieres ver sólo películas bien explicadas, sin ambigüedades, puedes ir a ver Sex and the City o la última de Michael Bay, seguro que ahí no te quejas, y encima la butaca será más cómoda.
Anto
Amigos:
La mujer sin cabeza ha generado una batalla entre nosotros y, además, ha generado un debate como no se había visto en mucho tiempo por la página. Enormemente saludable.
Desde mi punto de vista, la locura de Martel ha hecho una película iluminada, llena de matices, llena de reflexiones que se mueven en un espacio opresivo. Es azarosa, pero no autoritaria. Exigente, pero también bella.
Al margen de ello, creo que amerita que se haga un post sobre La mujer sin cabeza con las opiniones de todos quienes la han visto. Sería bien bacán que en un solo post se puedan condensar las opiniones de Laslo guerrillero y las mías, que como que ya me da roche postear otra vez sobre una película que ya tiene hasta cuatro acá.
Paco
Cuando digo que un solo visionado no es lo ideal, es porque siempre hay detalles que pasan desapercibidos y terminas de captarlos en una segunda vez. Por lo general, la primera impresión no cambia, sólo te reafirmas en ella y tienes más argumentos para discutir. Pero claro, me bastó la primera visión para disfrutar de la cinta de Martel. Y sobre el maltrato, me refería simplemente a mi sorpresa por dos opiniones bastante negativas, de Juan José y Oscar, de un filme que me parece valioso, lo que me animó a comentarla al toque. Pero por supuesto, si un redactor considera que una película es mala, o fallida, o es menos buena de lo que otros dicen, tiene todo el derecho a expresarlo, sin dudar.
Gabriel
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