Este 6 de setiembre dejó de existir a los 98 años de edad, una actriz probablemente olvidada en el tiempo pero que fuera toda una estrella durante la etapa final del cine mudo en la meca del cine. Anita Pomares llegó al cine a mediados de los años 20 gracias a la cercanía que tuvo con la familia de una de las estrellas de aquel entonces: Betty Bronson. Pronto esta quiceañera firmó un contrato con la MGM y se embarcó en varios films muchos de ellos románticos. Ahí alternó protagonismo con galanes como Ramon Novarro o William Haines
Convertida en Anita Page, comenzó a causar sensación en varias películas como Our Dancing Daughters, en la cual también hacía sus esfuerzos la juvenil Joan Crawford. Era el preciso momento en el cual la transición al cine sonoro estaba produciéndose y muchas actrices como ella tenían grandes perspectivas con respecto a las estrellas más asentadas en los años anteriores. En aquellos primeros momentos del cine hablado, Anita trabajó con actores como Buster Keaton, Lon Chaney, Robert Montgomery, y el emergente Clark Gable. Cada vez más era una intérprete muy solicitada, al punto de competir en popularidad con la propia Greta Garbo. Se dice incluso que hasta Benito Mussolini le envió reiteradas propuestas amorosas.
En este punto expectante, a comienzos de los 30, Anita optó sorpresivamente por el retiro. Tenía 26 años y al poco tiempo se decidió también por el matrimonio junto al compositor Nacio Herb Brown y tiempo después con un oficial de la marina estadounidense. Hace apenas unos años la actriz reveló en una entrevista, que su decisión se debió a las presiones amorosas del magnate del estudio, el legendario Irving Thalberg, quien al parecer llegó a acosarla hasta un punto insoportable para la estrella sujeta todavía a un contrato de exclusividad con la MGM. Terminado este, dio por concluída igualmente su carrera debido a las advertencias del propio Louis B. Mayer, quien apoyó a su obseso socio, indicándole a la actriz que se encargaría de que no fuera contratada por algún otro estudio cinematográfico.
A pesar de ello, Anita pareció nunca mortificarse por el fin de su vida en el cine y así permaneció durante varias décadas. Tras la muerte de su esposo en 1991, fue más común que sus compañeros de profesión la vieran más seguido en diversos eventos y realizaciones especiales mayormente para televisión. Como para que la conozcan muchos y recuerden algunos, los dejamos con una breves imágenes de esta blonda estrella, que acá aparece junto Joan Crawford. Dos modernas doncellas en un momneto clave para la cinematografía.
Our Modern Maidens (1929)
(Vía The Guardian)
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