El cine iraní se ha caracterizado por mostrar filmes realistas, donde los límites entre el documental y la ficción muchas veces parecen disolverse, algo de eso percibimos en La manzana, la ópera prima de Samira Makhmalbaf que dio a conocer a una muy joven directora que llevaba un apellido ya conocido (su padre, Mohsen Makhmalbaf es figura prominente en el cine iraní). Luego con Las pizarras Samira ganó el premio del jurado de Cannes el año 2000.
Contando con sólo 28 años, Samira acaba de presentar su cuarta producción: Two-Legged Horse (El caballo de dos patas o Asbe du-pa) en la competencia oficial de San Sebastián levantando polémica. Vayamos por partes. La historia se centra en un niño que ha perdido las piernas por la explosión de una mina antipersonal, por ello su padre contrata a un joven indigente para que cargue al hijo por todas partes, poco a poco el niño le exige a su cabalgadura que se asemeje y actué como un verdadero caballo, llegando a mostrar escenas de ¿calculada? crueldad.
Nuestro compatriota Alberto Servat estuvo en la sala vasca y exterioriza en su blog las sensaciones producidas por las imágenes en pantalla:
Pero a medida que se desarrolla la película nos vamos haciendo testigos de una horrorosa degradación en la que el muchacho va transformándose en un caballo de acuerdo a las exigencias del tirano cojo. Las desgarradoras imágenes de mutilación, defectos físicos, humillación y pérdida de toda dignidad, confieren a esta cinta una triste connotación. !Es cine realista? !Explotación de las bajezas humanas? !Retrato sin contemplaciones de una sociedad atrasada?
Como vemos, las interrogantes plantean un tema complejo que sólo podremos responder luego de ver la película en cuestión, sin embargo la prensa que acompañó a Servat se hizo las mismas preguntas y a la hora de la conferencia de prensa acribilló a la Makhmalbaf con preguntas e impresiones que la directora tuvo que sortear aludiendo que «Hay que mostrar la violencia de los humanos, creo que nos acostumbramos a la violencia y yo quiero que vean la violencia para que no se acostumbren a ella», Haneke y Gaspar Noé tal vez opinarían lo mismo.
Esta película tuvo además el sino trágico de sufrir un atentado donde falleció una persona del equipo de filmación, ocurrió en Afganistán donde se tuvo que filmar ante la negativa de las autoridades iranies. Más allá de la polémica es indudable que Irán sigue concitando atención y está realizando un efectivo recambio de figuras teniendo a la familia Makhmalbaf como eje, Hana Makhmalbaf la menor del clan ya obtuvo reconocimiento en este mismo festival el año pasado por Buda explotó por vergüenza, caso atípico de una familia completa de realizadores. ¿Conocen otros casos similares?
Extra: Buenas fotos de la jornada festivalera en el Flickr de Diariovasco.com
(Via Clarín)
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